Encuentro entre Culturas |3|

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La Ciudad de Oro -La Leyenda del Dorado-

Se dice que en lo profundo de la selva en la meseta cundiboyacense había un cacique que se enamoró profundamente de una bella mujer de otra aldea, su amor fue mutuo y se casaron poco después de conocerse, a los años la mujer tuvo una niña tan bella y querida tanto por sus padres como por el pueblo.

Pero con el paso del tiempo y los años el cacique ya no tenía ni un momento para regalarle a su mujer por tanto trabajo que ejercía su cargo y las obligaciones que debía atender la fue dejando en el olvido, y la mujer devastada, ya no amaba con tanto fervor a su esposo, lo quería, pero tan solo como el padre de su hija.

Un día en una gran fiesta, la mujer quedó prendida de un joven guerrero, enamorados entre sí los dos comenzaron a encontrarse en medio de la celebración, robándose momentos para ellos y escapar de sus vidas por pequeños instantes, hasta que el cacique se dió cuenta de estos actos, con furia hizo prisionero al hombre y lo castigó hasta matarlo; más entrada la noche, la mujer sufría por el bienestar de su amante, asustada por la penitencia que le proporcionaría su marido, pero sus pensamientos quedaron interrumpidos cuando su esposo llega con un banquete para ella, presentando como plato principal el corazón de algún animal grande, como un venado o jaguar, pero el amor que la mujer profesaba por su amante era tan grande que descubrió que el corazón era de ese joven guerrero, con terror salió corriendo en busca de su hija para escapar y con ella se lanzó a la laguna de Guatavita.

El cacique lleno de dolor la siguió hasta la laguna y exigió a su pueblo recoger el cuerpo sin vida de su esposa, solo que ella se encontraba en un reino submarino casada felizmente con una serpiente, además la hija adorada había quedado ciega y prefirió vivir con su madre en el agua. Devastado, el cacique perdono a su esposa y le prometió ofrendas llenas de oro y esmeraldas, riquezas para que su vida en el más allá tuviera la dicha que no había tenido con él.

La laguna de Guatavita tan calma y cristalina que reflejaba el verde del bosque, pareciendo una deslumbrante esmeralda, el rocío del agua en las mañana con el brillo del alba ilumina de tal forma que supone oro como el que se ve en el fondo de la laguna,

Los Chibchas hicieron un círculo la laguna volviendola sagrada, ahí hicieron las ofrendas de oro y esmeraldas y otros regalos a la diosa; la serpiente salía de su guarida submarina agradecida por los regalos, los envolvía en sí y volvia en paz a su mundo acuático.

Este ritual se convirtió en ceremonia,  cada consagración de un nuevo Zipa tenía que ofrecer un gran ritual a la diosa, este cacique de Bacatá acompañado de tambores y flautas, hacia resonar canciones en el bosque mientras salía el sol, todas las ofrendas eran recibidas por la laguna llenando de alegría y felicidad a todos los presentes, colmando de esperanza sus corazones, tal como le sucedió al primer cacique.

Está leyenda aunque no lo creas salvó a muchas tribus de la extinción, varios la usaban como excusa para perder a los españoles en la intrépida selva, estos  llenos de ilusión y deseo de volverse millonarios y tener el honor de llegar a su país con las riquezas encontradas seguían las instrucciones de los originarios.

Esta es nuestra historia de el dorado, la leyenda que recorrió toda América, y los conquistadores europeos esperaban encontrar, y el mundo entero desea.
La ciudad de Oro.

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