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-Bien, tomare el jodido cuaderno con pluma que han dejado en el buro derecho de mi cama. Que titulo tan deprimente esta en la portada "Palabras de despedida para:____________" En fin, ya no tengo nada mas que hacer, comenzare a redactar un poco. 

Mi nombre es Kristen, soy (o era) estudiante de Cinematografía y tengo 21 años de edad, no recuerdo en que momento fue que olvide como era tener un hogar propio. Escape de mi casa a los 13 años de edad, me hartaban mis padres, eran molestos, su divorcio había hecho que ambos se amargaran la vida y yo no estaba dispuesta a vivir con ello. Mi mejor amiga Val que conocí andando en la calle sin destino alguno junto con su madre (que es viuda por cierto, y tengo la extraña sensación de que también es prostituta por que siempre llega con la entrepierna adolorida y el lápiz labial batido por sus labios y cuello) me brindaron su techo y ahí crecí toda la parte de mi adolescencia y una pequeña parte de mi juventud. La madre de Val me ayudo a pagar mis estudios. Como Val y yo nos tomamos un año sabático terminando la preparatoria, yo trabajaba en una tienda de discos del centro y en las noches en un bar, Val siempre me decía que ese bar "era de mala muerte" y aunque tenia razón, no me importaba, obtenía las bebidas que yo quería y de vez en cuando acostarme con algún chico mayor atractivo desesperado por tener un encuentro. Mi vida era como siempre soñé, llena de fiestas, amigos, drogas, sexo y sin alguien que me dijera que hacer y que no hacer, si, me refiero a mis padres. La madre de Val dejaba que hiciéramos de todo, nunca nos decía nada, era como si ambas viviéramos solas. En un punto de mi extravagante vida llegue a conocer al que creía iba a ser el amor desventurado de mi vida, pero al final, termine enamorándome de una persona inesperada.

Todo esto, lo estoy escribiendo desde el lugar donde me practicaran la eutanasia. La doctora Jeane me ha ayudado a buscar clínicas por toda la ciudad y al fin, dimos con esta. El lugar es precioso. Cuando despierto, los rayos del sol de verano penetran fuertemente mi habitación y en ocasiones la brisa de la lluvia temprana humedece gran parte de mi cuerpo, aunque nunca imagine que iba a morir de esta forma... Bueno, tengo aquí este libro que pesa lo doble que yo y es ahora cuando comenzare a redactar el principio, el como fue que llegue aquí, pero para esto tendré que viajar al pasado, para ser exacta, cuando tenia 19 años de edad y empezaba a cursar la universidad.

Hace 2 años, casa de Val.

-¡Val, Kristen! despierten, es el primer dia de escuela y se les hara tarde. -grito la madre de Val desde la habitación de abajo por quinta vez.

Val y yo nos habíamos pasado toda la noche viendo películas y series, tenia un horrible dolor de estomago, la comida chatarra que habíamos comido en la madrugada causo que tuviera nauseas. 

-Val, tenemos que levantarnos ya de la cama. Es el primer día, tu madre ya no has llamado mas de 3 veces. -zangolotee a Val.

-Ya, me levantare lo mas pronto posible, ¿te duchas tu primero y después desayunas, o yo? -dijo Val.

-Como quieras, en realidad no tengo hambre. He despertado con nauseas por todo lo que comimos. 

-Bien, entonces tu te bañas primero. Yo he despertado con un muy fuerte apetito. -dijo Val.

Val se levanto de la cama, se puso su bata de dormir, me lanzo un beso y bajo las escaleras. Yo me quede un momento mas acostada. Vi el reloj y me exalte, ya era demasiado tarde, prendí el calentador del baño, me quite la pijama y me bañe lo mas pronto posible. Al salir, Val ya estaba esperando su turno, me lanzo una sonrisa y se encerró en el baño. Me puse mis jeans favoritos, mi top verde militar y mis tenis blancos. Me dirigí al tocador, en realidad no quería ir tan maquillada a la escuela, era mi primer día, así que solo me puse un poco de mascara de pestañas y labial liquido color rosa. Mi cabello siempre era un desastre, tome la plancha y lo alacie un poco.

- ¡Voy a bajar a desayunar!, ya se me han quitado un poco las nauseas. -le grite a Val.

-Bien, nena. Yo no demorare tanto, en cuanto termine y tu termines, nos vamos. -dijo Val del otro lado de la puerta del baño.

Baje las escaleras y vi a la mama de Val sentada en el sofá de la derecha, tenia un dolor en la entrepierna y su lápiz labial rojo estaba batido en varias partes de su rostro. Siempre pensé que ella hacia otras cosas de noche mientras Val y yo dormíamos o nos la pasábamos en fiestas, en fin, trataba de no juzgar.

-Hola, señora Lee. -salude con una enorme sonrisa.

-Buenos días, ya es algo tarde, casi las 9:00 a.m, Kris. -sonrió.

-Disculpe, en serio. Val y yo nos la pasamos viendo series hasta muy tarde.

-Si, me lo ha contado ya, no deberían de desvelarse tanto. A partir del día de hoy asistirán a la  universidad y no esta bien que no sean responsables, a demás, ya se tomaron un año.

La madre de Val me sorprendía ya que ella no había concluido todos sus estudios. Se quedo en tercero de secundaria por problemas económicos y después se la paso trabajando en restaurantes, hasta que conoció a su difunto esposo (que por cierto era alguien muy rico) y se embarazo. A pesar de todo lo sucedido en su vida y de como era actualmente, tenia una mentalidad bastante positiva con su hija y conmigo siempre nos apoyaba y nos daba buenos consejos para "no terminar como ella". 

-¿Todo bien, Kris? -me dijo.

-Si, lo siento, es solo que me pone nerviosa, empezar un nuevo año, ya sabe. 

-Ya, es difícil. Pero te dejara algo bueno, el esfuerzo valdrá la pena. -me dijo mientras sonreía.

-En serio agradezco todo lo que ha hecho por mi.

-¡Que va! no me agradezcas nada. Pero bueno, dejemos un poco la charla y come algo antes de que se vallan, tienen que estar con mucha fuerza el día de hoy. -

La señora Lee había preparado hot cakes con miel, café, huevos y tocino, típico desayuno estadounidense y nutritivo -pensé-. Termine de desayunar al mismo tiempo que Val de arreglarse.

-Bien madre, nos vamos, deséanos suerte. -le dijo Val a su madre.

-Mucha suerte, pongan atención a todo.

-Saliendo de la escuela iremos a un bar. -bromee un poco.

-Perfecto, de todos modos igual saldré y no se si este en casa el resto del día. -dijo la madre de Val guiñándonos el ojo izquierdo. -Aun así, cuídense.

Nos dio un beso en la mejilla a ambas y así mismo nos entrego la misma cantidad de dinero $150, perfecto para un primer día. Val tenia un convertible precioso color negro que le había heredado su padre antes de morir, yo tenia igual una camioneta que había comprado con mis ganancias, pero Val era mas llamativa y decidió que en el primer día teníamos que llevar el convertible a la escuela. De camino, conecte el iPod al estéreo y no dude en seleccionar esa canción, la canción que Val y yo amábamos cuando teníamos 16 años "Take on Me" de A-ha. Ambas íbamos cantando mientras el aire de verano alborotaba nuestro cabello.