Capítulo 7: Lluvia.

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- Entonces, ¿cuánto tiempo lleváis juntos? - Anna le dio un sorbo a su té helado y me dedicó una sonrisa, en mi opinión siniestra de más.- Pues... Desde que empezamos a salir oficialmente... - Hice cuentas innecesarias con los dedos. - Este mes haremos seis meses juntos.- ¿¡Ya!? ¡Qué rápido pasa el tiempo! Aunque cuando yo llegué a Seúl ya te gustaba, algún día tendrás que admitirlo y lo sabes. - Ignoré sus palabras para darle yo también un sorbo a mi té. - ¿Tenéis planeado algo para estas vacaciones?- Pues la verdad es que no lo hemos hablado... Pero no creo que vayamos a irnos de vacaciones, si es a eso a lo que te refieres. Ambos tenemos que trabajar y yo no tengo dinero para irme por ahí. - Anna no pudo ocultar una mueca de decepción. - Por cierto, ¡tu coreano es cada vez mejor! Jinyoung me ha comentado que no hay punto de comparación de cuando te conoció a ahora... ¡Enhorabuena!- ¡Gracias! Me estoy esforzando mucho, aunque la verdad es que vuestra endemoniada pronunciación no ayuda mucho, ¿sabes? - Reímos.- El Francés tampoco parece fácil, ¿sabes? - Le reproché. Ella me sacó la lengua y volvimos a reír. Mi relación con Anna había mejorado bastante en esos meses, y se había convertido en una amiga cercana, no solo mía, también de Jinyoung.

- No mires, pero adivina quién se acerca a la puerta más guapo que nunca. - Enarqué una ceja y negué con la cabeza, esforzándome por ocultar la sonrisa que luchaba por manifestarse en mi rostro con sólo pensar en esa persona.

- Qué tonta eres. - Finalmente sonreí y me giré para recibirle con una sonrisa. Él me la devolvió mientras se quitaba la cazadora y se acercó a nosotros.

- Buenas tardes. - Saludó a Anna con una sonrisa cordial y a mí me dio un beso en la mejilla que la hizo sonrojar más a ella que a mí. - Buenas tardes a ti también. - Me susurró. Mi sonrisa dobló su tamaño.- Buenos días. - Susurré tímidamente. Su presencia seguía impactándome después de medio año de relación. Era el aura que le rodeaba, que brillaba tanto que su presencia obligaba a bajar la mirada de forma sumisa.- ¿Por qué tenéis tan poca gente últimamente? - Nos preguntó, cogiendo un taburete y uniéndose a la conversación.- Las universidades han acabado ya el curso. La mayoría de la clientela era alumnado, por eso lo que para el resto de la ciudad es "temporada alta", para nosotros es un... Mmmm... ¿Cómo lo diría?- Un tostón. - Rematé la frase de Anna, sacándole una sonrisa a Jinyoung.- Tostón no viene en el diccionario, es un término muy poco apropiado para un estudiante de literatura.- Ya, pero es que ese eres tú, para los de ciencias sociales está más que aceptado. - Le sonreí con sorna y rió suavemente.- ¿Siempre tienes respuesta para todo?- ¿Aún lo preguntas? - Se encogió de hombros y miró a Anna.- Pronto tu coreano será mejor que el nuestro, pequeña.- ¡Aún me queda mucho por aprender! - Sonrió, claramente emocionada por los cumplidos a su progreso.- Entonces, si esto es tan "tostón", ¿saldrás antes? - Me preguntó sin poder ocultar el brillo de emoción en los ojos.- ¿Estás loco? ¡El jefe dijo que un día de estos vendría a hacer inspección! ¿Y si viene diez minutos antes de la hora de cierre y yo estoy por ahí haciendo el tonto contigo? Ni hablar. Debo cumplir mi jornada laboral. - Tampoco se molestó en ocultar su expresión de decepción.- No hacemos el tonto... - Puso morros y bajó la mirada. - En fin... Al menos ponme un café, anda. - Suspiró y se acomodó sobre la barra.- En seguida, señor. - Me miró sorprendido y le sonreí con sorna de nuevo. - ¿Qué? ¿No extrañas nuestra relación de camarero-cliente?- En absoluto. Estaba deseando librarme de ella.Anna nos observaba en su nube rosa mientras seguía bebiendo del vaso que ya estaba más que vacío. La miré, jamás entendería a las de su especie. Daban miedo.- ¿Al final qué? ¿Vas a preparar el doctorado o empezarás a trabajar? - Le pregunté a Jinyoung mientras metía tres hielos en su vaso.- La verdad es que no lo sé... - Suspiró y apoyó la cabeza en su mano, mirándome fijamente. - Si preparo el doctorado me ocupará muchísimo tiempo... Pero si no lo hago, tampoco sé todavía a qué quiero dedicarme en concreto.- ¡Puedes ser escritor! - Anna interrumpió la que iba a ser mi respuesta. - ¡Channie me comentó que estás escribiendo un libro!- ¡Que no me llames así!- Sí, pero no quiero vivir de eso... Y a estas alturas y viendo el vuelco que ha pegado mi vida, no sé ni si quiero publicarlo, la verdad.- ¿El vuelco que ha pegado tu vida? - Le puse el café y el sándwich delante. - ¿A qué te refieres?- A ti. - Noté como mis mejillas ardían, y él está claro que también porque puso su sonrisa de "puedo hacerte balbucear con solo abrir la boca".- ¡QUÉ BONITO, POR FAVOOOOOOR! - Anna chillaba mientras se agarraba la cara e hiperventilaba. Sí, ella demostró que hacer ambas cosas al mismo tiempo es posible.- Esas cosas tienes que aprender a callártelas. - Farfullé, bajando la mirada.- Ni hablar. Me encanta verte así.- Te encanta hacerme parecer idiota.- Y a ti cambiarle el sentido a las cosas para mal. - Le fulminé con la mirada y él me sonrió con dulzura. - Con lo guapo que estás cuando te ruborizas para mí...- ¡Que te calles! - Me giré y me puse a limpiar la ya limpia máquina de café. Podía escucharle reír entre dientes a mi espalda, y eso que los chillidos histéricos de la otra rompían por completo la calma del local.

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