EL CLAMOR DE TORKK- I

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EL CLAN DEL OESTE - El Clamor de Torkk : Es una historia que se desprende de la futura novela larga titulada "Génesis", misma que es de mi autoría.

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PARTE I

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PARTE I

Torkk

Jamás en mi vida había reparado con detenimiento en la importancia que le daba a cumplir las órdenes del líder alfa.

Cuando cachorro, siempre me inculcaron que era éste el encargado de velar por el bienestar de la manada, así que, era primordial obedecer sus designios. Ello no significaba que estuviésemos destinados a vivir bajó la opresión, no era así como funcionaban las reglas de nuestra raza; aunque, claro, eso no quitaba de en medio, la obediencia que le debíamos a quién nos gobernaba.

Mis padres fueron originarios de la manada situada en el oeste del bosque de Gyrio, en varias regiones nos conocían como un clan ancestral, puesto que, las leyendas decían que fueron los primeros lobos quienes poblaron nuestro territorio antes de expandirse por otros lares. Debido a dichos motivos, siempre me sentí orgulloso de mis raíces, pero no fue hasta cuando tuve alrededor de seis años, que por fin empecé a distinguir qué es lo que realmente nos hacía especiales.

«Los descendientes directos de la gran Madre naturaleza son nuestros guardianes, es gracias a ellos que podemos mantenernos a salvo». Recuerdo casi como si fuera ayer las palabras que solía decir mi padre.

Al ser cachorro, no pude comprender en su totalidad a lo que se refería con descendientes directos, mas, no me tomó demasiado poder averiguarlo, ya que, al cumplir los siete años, me presentaron oficialmente a Kevek, el hijo de la pareja alfa.

Cuando lo vi por primera vez supe que ya lo conocía de antes, solo que nunca me había dirigido a él de manera directa, puesto que, siempre andaba pegado a su madre y eso me cohibía. Sorprendentemente, al preguntarle si quería jugar conmigo, no se negó, al contrario, se entusiasmó con la idea. Fue de ese modo que Kevek y yo terminamos por convertirnos en los mejores amigos.

En poco tiempo descubrí, que al igual que sus padres, Kevek, no era un lobo común, y no me refería únicamente a su posición como futuro líder, sino a que era un descendiente directo de Mama, la gran madre naturaleza. Dicha virtud lo llevaba a ser inestable en ocasiones, pero también a poseer una habilidad innata que nadie más podía igualar y que a su vez ratificaba su rol como el lobo más fuerte de la manada. Kevek era usuario del fuego.

Sonaba un poco ilógico, como algo imposible de creer. De hecho, incluso yo dudé de la veracidad de aquello hasta que me tocó verlo con mis propios ojos. En mis días de niñez pensaba que era lo más maravilloso que le pudiese suceder a alguien, mas, mi emoción duró poco cuando mi padre me explicó lo duro que realmente era ser un lobo bendito.

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