Mi querido conejillo, aquí te escribo nuevamente después de tu muerte. Trayendo por enésima vez, emociones que había creído enterrar para que no volvieran a salir. Pero aquí estoy. Escribiendo para ti. Con emociones nuevas y más confusas. Me han contado tantas cosas sobre ti que si me preguntaran quien eres, ya no sabría que contestar. Ahora te desconozco. Y la magia que había empeñado en ti se siente como un total desperdicio. Como si me hubiera caído desinfectante en mis ojos, ahora veo todo de otro modo. No te merecias ni la más mínima metáfora en mis escritos. Gasté palabras en ti e incluso te tomé de musa, te fui despedazando poco a poco, exprimiendo cada centímetro de tu existencia. Tragándome frascos enteros de tu esencia para expresarte y convertirte en arte. Dije que eras arte por sí solo, pero no lo eres. Eres un muñequito hueco. Qué solo finge ser superior. Qué aprovechaba de mis debilidades para controlarme a su modo. Admito, que lo noté diversas veces y, adoraba eso. Porque te amo. Pero no merecías mis palabras, eso es lo que más me duele, me desgarra, me entristece. Quiero verte como antes pero cada vez me es más difícil. Esto es lo que querías en un principio ¿verdad? Qué mis ilusiones bajaran para quitarte un peso de encima, para que yo dejara de acosarte, admirarte y entrometerme. No te vas a deshacer de mi tan fácil, porque primero quiero hacerte sufrir. Porque tiraste a la basura la versión romántica de mí. Eras mi todo cuando yo era la nada. Estás muerto. Porque yo te maté. Pero tengo tu alma atrapada en mi ático mental. Guardo mis recuerdos donde te tengo idealizado y estudiado. Pondré mi salud mental en juego. Te traeré de vuelta, pero ésta vez será peor que nunca. Te voy a revivir para arrancar y cortar todas las flores que había plantado en tu jardín. Fuiste mi maravilla y ahora serás mi pesadilla. Te deseo lo mejor. Cariño mío, si algo siempre reconociste de mí, es que puedo hacer tormentas incluso en un vaso de agua. Es hora de volver a caer.
ESTÁS LEYENDO
Conejillo
PoesíaMe temo que está condenada a vagar eternamente en su alma señorita. Sus ojos gritan que aún sigue atrapada, gritan, pero no piden ayuda, no quieren ser rescatados, quieren que los consuelen y envuelvan en un manto de amor puro y verdadero. Querida d...