día 5

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"Sigo sin ir a la Universidad. No tengo los suficientes ánimos para ir." suspiré. "¿Si te cuento un secreto, no se lo dirás a nadie?" arqueé las cejas. "Si te soy sincero, estoy muy triste. Estoy triste porque no puedo abrazarte, ni besarte, ni que tú me beses a mí. Pero seré paciente, solamente hacen falta unos días y-"

"¿Doyoung?" una de las enfermeras se asomó por el marco de la puerta.

"Perdona, estoy hablando con ella."

"Lo siento. Es que han venido dos personas a verla, y-"

"Disculpa, ¿podemos pasar ya? Tengo que ir a una cena, y esto no puede tomarme mucho tiempo." escuché la voz de una señora al otro lado de la puerta.

No, aquello no podía ser, no era real. Ellos no podían estar aquí, no después de lo que pasó.

El alma se me cayó al suelo, un escalofrió recorrió mi cuerpo, haciendo que se me pusiera la piel de gallina. Mi sonrisa se desvaneció, y no me importó que ellos me vieran así. Seguramente tenía las mejillas y los ojos rojos, y lágrimas cayendo por mi cara como si no hubiera un mañana. Pero no me importaba.

Entraron por la puerta y ni siquiera me digné a mirarlos.

"Doyoung, cielo, ¿puedes salir un momento?" me preguntó la enfermera, con aquella voz tan dulce. Yo era consciente de que ella hacía eso para no dañarme.

"No."

"Está bien... puede quedarse." dijo de nuevo la señora, con un tono muy desagradable.

Caminaron hacia el centro de la habitación y se pararon enfrente de la cama en la que descansaba su hija.

No pasó ni un minuto hasta que uno de ellos, su padre, habló. Sabía que no podían soportar aquel horrible momento para ellos. Eran tan egoístas que ni siquiera podían mirarla poco más de sesenta segundos.

"¿Le iba bien en la Universidad?" preguntó su padre, con la cabeza alta y una mirada muy, muy digna. Quería salir corriendo hacia ellos y matarlos a los dos. En mí crecía una intensa ira cada vez que dirigía la mirada hacia aquellos dos viejos, que vagamente podía reconocer como personas. Dos seres inhumanos, sin corazón, sin escrúpulos, sin amor propio.

"¿Eso es todo lo que les importa?" pregunté, mirándolos con furia. "¿No van a preguntarme cómo le iba en la vida? ¿Si alguna vez tuvo que tener cuidado al salir de casa por el asqueroso barrio en el que vive? ¿Si el dinero que ganaba en una cafetería de tercera le era suficiente para vivir? ¿Si acaso comía lo suficiente?"

Se quedaron callados, mirándome, sin expresión alguna. Está claro que no me preguntarían ninguna de esas cosas, pues no les importaba. Sohyang no suponía ninguna preocupación para ellos. Pasaron unos largos e interminables minutos.

"Mírala, con esa cara pálida y esos muslos delgaduchos. Seguro que estaba metida en las dro-"

"Ni se atreva a decirlo. Sohyang nunca haría algo así."

"Después de la prostitución, me esperaría cualquier cosa." espetó el hombre.

"¡¿Perdona?!" grité, levantándome de la silla junto a la cama de Sohyang. Sentía tener que hacer aquello frente a ella, pero no tenía otra opción. "¡Atrévase a decir eso de nuevo!" agarré al hombre del cuello de su camisa, alzándolo levemente del suelo.

"¡Esa chica a la que tanto quieres era una prostituta!" exclamó la mujer, haciéndome soltar al hombre. Éste me empujó.

"No-" la señalé con mi dedo índice. Estaba preparado para decir cualquier cosa, antes de que dejaran por los suelos a la mujer más maravillosa del mundo.

"¿No te lo ha contado?" la señora se acercó más a mí. "Parece que, después de todo, te ha mentido a ti también."

"¿De qué coño habla?"

"Sohyang se prostituyó. Vendió su cuerpo, ¡su cuerpo! ¿Por qué crees que la echamos de casa?" dijo su padre, estirándose la camiseta.

"Están mintiendo. Son mezquinos. ¿Por qué iba Sohyang a hacer algo así?" respiré muy fuerte, intentando aguantar la ira, una ira que me comía por dentro, que cada vez era más fuerte. Cerré mis puños y apreté la mandíbula. Estaba muy enfadado y en ningún momento dudaría en pagarlo contra ellos.

"Vámonos." dijo la señora, y ambos salieron de la habitación, sin darme ninguna explicación.

No habían pasado ni cinco minutos con su hija.

127 days || kim doyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora