día 127: final 2

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Escribí la última palabra en aquel papel repleto de tinta. Era mi último examen en la Universidad. Era el último. Y me sentía genial. Sentía que todos los años de estudio habían valido la pena. Estaba orgulloso de mí mismo. Aunque odiaba el hecho de que Sohyang no hubiera podido hacerlo.

Me levanté, entregué los papeles y corrí hacia la puerta. Cogí el coche de mi padre y conduje hacia el hospital. Tenía ganas de ver a Sohyang. Quería verla.

Llegué, y, como siempre, las enfermeras de la planta 3 me saludaron sonrientes.

"Buenos días." saludé.

"Buenos días. ¿Qué tal el examen?" preguntó una de ellas. Había pasado tanto tiempo que ya me conocían muy bien.

"Genial. Pero estaba deseando venir y ver a Sohyang."

"Pues venga, sube." dijo una de ellas, más sonriente de lo normal.

Extrañado, hice lo que me dijo. Casi parecía que me tenía guardada una sorpresa.

Esperé al ascensor y subí en él cuando llegó. Sabía que Seungyeon había llegado antes, pues yo me había tomado un tiempo más para terminar el examen.

Llegué a la planta 3 y caminé hacia la habitación de Sohyang. Un par de enfermeras me empujaron corriendo hacia la misma dirección en que yo caminaba. Supuse que algo urgente estaba pasando en alguna habitación.

"¡Doyoung, corre!" exclamó una de las enfermeras, corriendo detrás de mí. ¿Qué ocurría?

Caminé mas rápido hasta correr hacia la habitación de Sohyang. Un círculo de personas rodeaba su cama.

Paré en seco.

Tragué saliva.

Doyoung, no te hagas ilusiones. Esto ha pasado ya más veces. Sohyang no ha despertado. Ya lo tienes más que asumido.

Tragué saliva de nuevo e intenté hacerme paso entre todas las personas. No solamente había enfermeros, sino que había varios médicos rodeando la cama de Sohyang. Pude escuchar la voz de Seungyeon.

Por fin llegué junto a su cama y-

"¡Doyoung!" recibí un repentino abrazo de Seungyeon. "Ha empezado a mover los dedos hace unas horas. También mueve el cuerpo algunas veces. ¡Creen que va a despertar!" exclamó, emocionada.

El mundo se paró totalmente. Todos dejaron de moverse. No había sonido alguno. Solamente yo me movía. Sentía que estaba solo. Mi mundo se había parado. Tal y como había estado todo el tiempo que Sohyang estuvo en coma. Sentía que iba a volver a ser como antes. Pude sentir una felicidad que llevaba meses sin sentir.

Sentí un vacío llenarse al completo. Como un vaso vacío al que acaban de llenar de agua helada en un día de verano. Yo era un vaso vacío y sin uso, y Sohyang era el agua. Yo necesitaba a Sohyang para ser algo. Y, por primera vez en meses, sentí que mi existencia volvía a tener sentido. No más soledad, no más hablar solo. No más miradas de locura por parte de todo el mundo.

Por fin podría ver sus preciosos ojos café mirarme de nuevo. Por fin podría escuchar su preciosa risa inundar la habitación. Por fin podría hacerla sonreír, y ver esos preciosos labios convertirse en una sonrisa. Por fin podría tenerla de nuevo.

"Por favor, quitad del medio." pidió uno de los doctores.

"Sí, sí." ambos nos apartamos y esperamos las noticias de las enfermeras.

Pasaron los minutos, y nadie nos decía nada, pero aún seguimos esperando.

Fantaseé con cuántas cosas haría con Sohyang después de todo lo que había pasado. La llevaría a muchos sitios y le ayudaría con los exámenes de la Universidad, de modo que ambos pudiéramos irnos juntos a China.

Ambos nos levantamos de las sillas cuando escuchamos que los pitidos de la máquina de pulsaciones se volvieron más regulares, no tan rápidos.

"Ha vuelto al estado normal." dijo uno de los doctores. ¿Qué significaba eso?

"¿Eso qué quiere decir?" preguntó Seungyeon.

"Quiere decir que... sigue igual que antes. Solamente han sido unos pequeños espasmos." explicó una doctora. "Lo siento." todos salieron de la habitación, dejándonos a Seungyeon y a mí con Sohyang.

Perdí las fuerzas y caí a la silla de nuevo.

Había tenido esperanza por unos segundos. Pero todo había vuelto a como era antes. Había sido una simple fantasía.

"Doyoung..." Seungyeon me abrazó. "Lo siento, de verdad."

Suspiré con pesar.

"Supongo que habrá que seguir esperando." dije, y solté una leve risa, como dándome esperanzas a mí mismo. "Necesito tomar el aire."

"Tranquilo. Vamos fuera."

Ambos caminamos hacia la puerta y nos dirigimos al ascensor. Necesitaba tomar un poco de aire después de toda la emoción que había tenido hacía unos segundos.

Me paré y suspiré unos segundos, y entonces empecé a caminar de nuevo.

Hasta que escuché a alguien llamar mi nombre.

Una voz que, aún después de tanto tiempo, seguía en mi cabeza, y que nunca olvidaría. Una voz dulce y preciosa que sólo una princesa podía tener.

Paré en seco y esperé a escucharla de nuevo, para comprobar que no había sido una simple y preciosa imaginación.

Pasaron unos segundos, pero no volví a escuchar nada.

"Doy-young."

No estaba preparado para tal explosión de emociones en aquel momento.

Corrí con más ganas que nunca hacia la habitación de mi amor y ahí estaba. Tan preciosa como siempre, y un poquito más. Había recuperado el color.

Volví a ver esos preciosos ojos color café que tanto me gustaban.

Intentó levantarse.

La luz volvió a mi mundo.

"Tranquila, tranquila, no intentes levantarte." intenté controlar todo lo que tenía dentro de mí. "Shh, tranquila."

Me miró. Me había vuelto a mirar después de tantos meses. Había vuelto a recibir esa inocente y hermosa mirada que tanto me gustaba.

"¡Que alguien venga aquí!" grité, para que alguien me escuchara. Dos enfermeras entraron corriendo, y se acercaron apuradas al ver a Sohyang con los ojos abiertos. Intentó levantarse de nuevo.

"Tranquila, no te levantes."

"¡No puede ser!" la inconfundible voz de Seungyeon se escuchó, seguramente, en todo el hospital. Noté que corría hacia nosotros.

"Ha despertado." dijo la enfermera que siempre estaba conmigo. "Doyoung, ha despertado."

Las lágrimas comenzaron a caer por mi cara, pero esta vez eran lágrimas de alegría.

"Ha despertado."

127 days || kim doyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora