Como cuervos a la carne putrefacta.

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—Bueno, parece que las viejas costumbres jamás se olvidan. - Le sonrió la rubia acercándole un vaso de tequila.

Regina parecía algo incomoda.

—¿Qué pasa Regina?... La que debería sentir incomodidad soy yo, después de todo, me mantuviste cautiva bajo esa biblioteca más de 28 años...eso me hizo pensar que no me apreciabas lo suficiente como para darme el mismo castigo que a los otros.

—Te apreciaba tanto que no quise que sufrieras lo mismo que ellos.

La rubia achicó los ojos y negó con la cabeza.

—Preferiría que no lo hicieras y así como lo dijo se alejó.

—Las disculpas llegaran después querida, ahora diviértete. -Intervinó Cruella levantando el brazo para que todas brindaran, le siguió Úrsula ignorando por completo las diferencias de antaño. La primera reunión de las damas de la oscuridad no podía acabar como un total fracaso. Maléfica miró a su nuevo clan orgullosa de que arreglaran las diferencias sin siquiera pedirlo. Así que cochó su copa esperando que Regina aceptara eso como una muestra de paz, mantenía su mirada fija en la mano de la morena aguardando a que esta se acercara, pero simplemente ella bebió el contenido.

—No se pongan sentimentales ahora, eso no va con nosotras. -Dijo aludiendo a sus sórdidos pasados, destruyó el vaso, pero siguió bebiendo mas licores, iniciando de una forma ruda la noche de tragos.

Así estuvieron bastante rato. Regina y Maléfica eran como imanes el destino las unió en un principio y ahora las circunstancias las juntaban, pero ninguna parecía cómoda con el resultado, hasta que el alcohol comenzó a surtir efecto.

Bebían y bebían, riendo y jugando, el lujo que no podrían haberse dado en el bosque encantado.

—Oye, ¿por qué estabas tan molesta cuando llegue? -Inquirió la morena a la rubia pasado un rato. —Siento que hay algo más aparte de lo obvio.

—Me molesto que apoyaras a la salvadora y no a mí, sé que vienes a averiguar en su nombre. Nos conocemos desde hace mucho tiempo y parece que con ella tienes una mejor amistad.

—Mal... ¿estas celosa de Emma?

—Oh, claro que no...ella no podrá tener el valor para hacer lo que yo.

Se acerco a Regina peligrosamente y ella no pudo hacer más que quedarse estática

—Por favor no. — Susurró, pero la dragona no hizo más que ignorar su suplica y cortó el espacio que había entre ambas, tomó a Regina por la parte baja de la espalda conectando sus labios y siguió besándola hasta que el aire les faltó.

—Debí hacer esto desde que nos conocimos. —Le sonrió y Regina se ruborizó.

La alcaldesa desvió la mirada y salió del establecimiento, pero no se marchó, se quedó un segundo en el callejón. Se tocó los labios y cerró los ojos, suspiró y cuando los abrió se encontró a la rubia mirándola

—¿Qué sucede? —Preguntó de nuevo. Los ojos azules se posaron en los marrones, Regina volvió a suspirar. —No deberíamos hacer esto.

—¿Por qué tú eres una heroína ahora y yo soy una villana?

—No. -Le sonrió. —Porque estamos ebrias.

Maléfica asintió, pero no se alejó, se acercó y colocó una mano entre la pared y Regina.

—No te atrevas a desaparecer. -Le dijo muy cerca del oído.

Regina cerro los ojos. Le había dicho que se alejara porque creía sentir algo por Emma y si seguían experimentando esto sería catastrófico y doloroso para ambas... para todas.

La boda de Maléfica. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora