Despertar

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La mañana transcurrió tranquila y la pequeña cripta comenzó a iluminarse por los rayos que se filtraban del ataúd abierto

El teléfono de Regina sonó a las 6:45 del domingo. Sabía que aquella noche alocada había llegado a su fin.

Maléfica abrió los ojos sonriendo. En situaciones normales. Esa alarma la habría molestado. Ahora encontraba cierta gracia en ella

Put your hand in mine
You know that I want to be with you all the time
You know that I won't stop, until I make you mine
You know that I won't stop, until I make you mine
Until I make you mine


―Que linda canción . Murmura acurrucandose; destapando sin querer los pies de la alcaldesa. Regina  Esta tan agotada que incluso le costó trabajo desactivar la alarma.

―Hoy no quiero ir a ningún lado. - Se queja Regina, volviendo a su posición inicial.

Maléfica acaricia el hombro desnudo de su amante la tiene de espaldas a ella, sus cabellos negros regados sobre la almohada le hacen cosquillas en la nariz. Una sonrisa ligera le adorna el rostro. Está feliz.

No tenía grandes expectativas cuando fue al Rabit Hole. Se sentía tan afortunada de estar durmiendo junto a ella ahora.  Unos minutos más no le harian daño a nadie.

Le parece apropiado recuperar energías. Pasa otra media hora y la primera en hablar de nuevo es Mal.

―Vamos, levantate. Te llevaré a desayunar..-Insiste dándole un pequeño beso en la espalda. El tono de su voz es muy dulce y enérgico.

Regina se eriza, su cuerpo tiembla.
No quiere salir de la cama. Hay muchas preguntas que debe responder y aún no esta lista para eso.

―Ummm....con esos besos no quiero ir a desayunar.-Dice un poco ronca.
Es su pequeño intento de no hablar sobre su relación al menos un par de horas más.

Maléfica sonríe de medio lado. No sabe lo que está pensando. Supone que es la resaca la que le roba energía.

―Pues tiene que hacerlo señora alcaldesa...podría desmayarse después de anoche.

Esta bastante orgullosa de todo lo que logró. Nadie le va a robar el mérito.

Regina sonríe, girando su cuerpo para verla de frente. Le da un poco de risa todo su cabello alborotado

―Parece que alguien te asustó.- Acomoda su pelo tratando de disminuir el volúmen.

Maléfica sólo sonríe
―No me importa. .-Las manos de Regina siguen intentando contrarrestar el efecto del almohadazo. ―Eso se arregla con un cepillo.


―Con un cepillo y un baño. Añade la alcaldesa,  bastante risueña. 

―Si. -Sonríe Mal  mirándola a los ojos. ―Nos vendría bien un baño.- La rodea con sus brazos. Atrayendola a su cuerpo.. Regina la abraza siente una gran paz.

― No cambiaría este momento por nada. Confiesa la morena a la rubia.

Ahora su cabeza descansa en el hombro de Mal. Sus manos están entrelazadas..

Maléfica también siente mucha armonía. Esta mañana es bastante tranquila. Esa confesión es bastante dulce también.

―Somos unas cursis... No se reconoce a ella misma.

―Solo un poquito. -Admite la dragona enredando su pierna entre las de Regina.

―Te quiero..¿lo sabes?,  ¿cierto?. -Mal deja de mover su pierna, prestando más atención a las palabras.

El tono melodioso con el que Regina lo dice. Le quita el agobio que cualquier inseguridad suya pueda crear.

―Sólo que no soy muy  buena expresandolo. No me eres indiferente cariño y fingir que si ha sido difícil para mi.
Sus palabras se quiebran lentamente. Esta avergonzada, decepcionada de si misma por todo el mal que le ocasionó.
―Me gustaría ser una persona más fácil..Dice entre lágrimas. - Mi pasado me condiciona muchas veces. No quiero amar a alguien porque no soportaría el dolor de perder otra vez. 

La maldición ya las ha separado una vez y pensó que ese tiempo sería suficiente para olvidarla, pero Maléfica aún sin estar presente encontró la forma de arraigarse en su mente.

―No tienes que explicarme eso. Yo lo sé.  Entiendo que es difícil abrirse a alguien después de lo que hemos vivido.

Mal le limpia las mejillas; deslizando su pulgar lentamente. Ahora ya están sentadas mirándose la una a la otra.

Regina se siente mucho más liviana después de haber soltado aquello.

―Comprendo que tengas miedo incluso yo lo tengo; pero no puedo estar más tiempo sin ti. La soledad me carcome. Te necesito y odio sentirme de esa manera...Quizás nunca te pueda olvidar.
―Solo dame la oportunidad.- Suplica mirándola con unos ojitos de perro abandonado que hacen que hasta Regina se sienta vulnerable.

No quiere que esto sea de una sola noche. Esta muy esperanzada en qué la respuesta sea positiva.   Tampoco puede obligarla a nada, pero lo desea con todo el corazón. 

Regina se acerca a ella besando sus labios dulcemente. Es un beso cariñoso y lento, lleno de afecto y sentimiento.
―Eso quiere decir que voy a arriesgarme contigo.
Dice al separarse.


SamysoBenites aquí está...

La boda de Maléfica. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora