Sabes una cosa.

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Al fin se abriron las puertas del enorme castillo. Maléfica se desplazaba con lentitud hasta el altar. Todas las miradas estaban sobre ella. Regina sonrió ampliamente al verla a unos pasos de distancia y le levantó el velo cuando la tuvo de frente, contemplando a la mujer que sería su compañera hasta que la vida misma lo permitiera.

La amplia sonrisa de Mal se contagió a Regina.
Tenia las mejillas sonrosadas y un maquillaje muy limpio y luminoso.
―Te ves espectacular. -Dijo Regina fascinada.

―Es el dia de mi boda. Debo lucir linda. -Sonríe satisfecha y la jala hacia ella. Dandole un beso corto en forma de saludo.

Se tomaron de las manos mientras Archie oficiaba la misa en el enorme castillo de Camelot. Todo había sido muy lindo y romántico.

Lilith carraspeó cuando ambas estuvieron frente a frente; pues su madre se habia quedado sin habla, al momento de los votos. Regina le apretó la mano. Unas cuantas lágrimas de alegría nublaron la vista de Mal.

Luego dijo unas palabras muy bonitas que sólo Regina pudo entender por telepatia. Los invitados se quedaron atónitos. Ninguno esperaba que los votos fueran algo tan privado.

Pasaron 15 segundos en un beso romántico y meloso. Después Regina rompió el orbe de Malefica como si se tratara de una boda judía. Toda la magia contenida en el artefacto se esparció por el aire y de aquella mezcla de humo y polvos magicos emergieron mariposas blancas.

―Dices o haces algo estúpido y te golpeo. Le susurró Lilith a Zelena,  estaban en primera fila. Zelena le dio un toque de electricidad a Lilith y está le dio un pellizco que la hizo gritar.

―¡Auch!.- exclamó la pelirroja antes de callarse por un repentino ramo de violetas que cayó en sus manos. 

―Felicidades, ahora puedes casarte. -Soltó una voz masculina
Un hermano guapo de Maléfica se acercó para saludarla y está se quedó flechada.
Lilith negó con la cabeza y se retiró. Las hermanas Mills estaban colonizando a su familia.

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―Te amo. -Dijo Malefica por milesima vez.
Estaban acurrucadas en una playa paradisiaca. La fiesta habia terminado hace horas. Ahora,  eran oficialmente una pareja, disfrutando del mar, la arena, las olas y la noche.

―Bendita noche.- susurró Regina al oido de ella,  antes de succionar su piel en un beso ardiente. Regina estaba acostada sobre el cuerpo de la dragona. Sus piernas a los costados de la cadera y sus manos enterradas en la arena. Le dió un par de besos en el cuello y luego sus dedos fueron perdiendose en pequeñas y traviesas caricias.

Pasó una estrella fugaz que Maléfica miró al hallarse bajo ella. No necesitaba pedir ningun deseo. Su sueño se había vuelto realidad...


Oficialmente doy por terminada esta historia.
Gracias por leer y comentar
Bye!
23/08/2021
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La boda de Maléfica. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora