¿Qué se necesita para cogerse a un muerto? Para empezar, un muerto

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Necrofilia: La necrofilia es una parafilia caracterizada por una atracción sexual hacia los cadáveres tanto en humanos como en animales. Es una conducta psicológica caracterizada por el acto sexual entre vivos y muertos. La necrofilia hace que las personas sientan una fuerte atracción sexual por los muertos.

Vida: La vida es la capacidad de nacer, crecer, reproducirse y morir. Es el estado de actividad de los seres orgánicos y la fuerza interna que permite obrar a aquel que la posee. La vida es el tiempo o período de duración que tiene el ser humano desde que nace hasta que se muere.

Muerte: La muerte es el término de la vida a causa de la imposibilidad orgánica de sostener el proceso homeostático.

Law se terminó la taza de café de un solo trago, era la cuarta del día. Estar toda la mañana buscando definiciones para encontrar alguna laguna gramatical y conservar su estatus como ser viviente no le había servido de nada. Definitivamente tenía un serio problema: necesitaba un cadáver.

Law, como el buen médico que era además de ser una persona con el mínimo de sentido común, sabía la diferencia entre la vida y la muerte; pero justo en ese momento un mar de preguntas al respecto le partían la cabeza: ¿Qué tan muerto tenía que estar la persona a la cual un necrófilo deseaba follar? ¿Muerto-muerto o muerto semimuerto? ¿Kid prefería un cuerpo inflado a punto de ser reventado por su polla o era suficiente con una muerte cerebral? ¿Podría funcionar alguien a punto de morir? La mente analítica de Law comenzó a trabajar y sacar cálculos de cuánto tiempo su cuerpo podía soportar ser embestido brutalmente antes de morir desangrado, intoxicado, asfixiado o por una fuerte contusión; el ojigris se enorgullecía de su buena condición, pero nunca había pensado en la resistencia que poseía para no morir en manos de Kid como dos dulces enamorados.

«Mejor lo mato yo primero y después que me folle.»

Bien podía ir a la morgue del hospital, sacar un cuerpo, prestárselo a Kid y cumplirle su fantasía, pero eso no le agradaba nada: se moría de celos al pensar que SU pareja se iba a follar a alguien que NO fuera él, eso sólo pasaría sobre su cadáver... o bien mataría a Kid por serle infiel.

Law salió de la habitación para ir a la cocina y se sentó en el desayunador tratando de encontrar otra solución menos agresiva en contra de su integridad física. Podría matar a Eustass mientras follaban, matarlo de placer era una buena opción, aunque después se iba a quedar sin Eustass, sin sexo y sin su polla. «Necesito su polla» se dijo. Y hasta donde se imaginaba con la poca información acerca de la necrofilia que poseía, generalmente el necrófilo era quien la metía, no quien se quedaba tieso, bueno también, pero no tieso de por vida (o falta dé). Tamborileó los dedos en la barra sopesando la idea de en verdad matarlo, obvio no podía hacerlo, pero de sólo imaginar el cuerpo de Eustass bajo de él, jadeando de forma agónica, con los músculos cada vez más flojos, sin fuerzas, los ojos vidriosos dejando escapar su alma para llegar al cielo o mejor aun: al infierno, y con la boca soltando un último suspiro, dulce, pleno, tan falto de vida y tan rebosante de placer...

«¿Qué me detiene a matarlo?» se preguntó el ojigris ligeramente «caliente».

«Ah, sí, la falta de su polla cuando muera» se contestó desechando la idea de asesinarlo.

Law suspiró casi derrotado, necesitaba cumplirle esa fantasía a Kid. En el tiempo que llevaban juntos el pelirrojo siempre había sido muy atento con él, algo que jamás se hubiera imaginado. Cosa contraria a su porte salvaje, los toscos modales y esa manía de usar pintalabios negro, Kid era como una linda y tierna bestia salvaje domesticada; siempre a las órdenes de Law, el pelirrojo trataba de complacerlo en todos los ámbitos. Por eso ahora Law se sentía en la obligación de dar ese pequeño detalle de ofrecerle un cuerpo inerte para que se lo follase. Si Kid fue tan amable de secuestrarlo, golpearlo, humillarlo y metérsela a la fuerza hasta hacerlo sangrar en una «violación» llena de amor, Law podía cumplirle esa fantasía; sólo era cuestión de aceptar que Eustass metiera su polla en un culo ajeno, frío y flácido, posiblemente llenándoselo de heces y otros fluidos. Law dejó caer la cabeza golpeando la mesa con la frente, de ninguna manera iba a permitir semejante barbarie, el único que podía tener la polla de Kid dentro y tal vez llenándoselo de heces y otros fluidos era ÉL. Sus celos asesinos capaces de matar a un cadáver jamás lo dejarían ofrecerle otro cuerpo. Law era una persona egoísta por naturaleza, no aceptaba una infidelidad por mucho que fuera un cadáver, y no le atraía en su propia persona morir ya que la muerte era un estado un tanto permanente. Amaba a Kid casi como se amaba a sí mismo y su amor por su propia persona lo obligaba a permanecer con vida.

«Maldito Eustass-ya y sus filias extremas, hubiera preferido que se follara un caballo»

¿Y si le daba un animal muerto?

Por obra del espíritu santo el gato de los vecinos comenzó a maullar en ese instante. Law giró lentamente la cabeza para ver al minino sentado en el patio de sus dueños, ¿eso fue una señal divina? ¿Podría ser una buena alternativa? El ojigris negó con la cabeza, el pequeño gato apenas tenía un par de meses de nacido y a menos que Kid tuviera también complejo de pedófilo animal ESE gato quedaba descartado.

«¿Dónde podré conseguir un caballo? O un perro grande. Igual y compro una res en la carnicería... ¿o me servirá un pollo?»

Hasta ese momento los animales eran su mejor opción. Sus celos podían vivir en paz de saber que Kid se la metió a un animal, y recordaba haber visto en uno de los tantos links que el pelirrojo guardaba un video de necrozoofilia.

Kid estaría de vuelta en un par de días por lo que Law tenía cuarenta y ocho horas para encontrar un caballo, matarlo y adornarlo bien románticamente para regalárselo a su pareja.

Nadie podía negar el enorme amor que Law tenía por Kid.

Mátame de placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora