Mátame de placer

Primero hay que violar antes de follar a un muerto

Todo estaba listo.

Trafalgar inspiró el dulce aire que desprendían las flores; miró el escenario que había preparado y sonrió satisfecho. Eran las diez de la noche, seguro que a esas horas Kid ya estaba en el cuarto de hotel donde pasaba las noches en Dressrosa. Cogió el móvil y mandó un mensaje al pelirrojo, la respuesta no tardó en llegar: «¿Qué mierda estás diciendo?». Law soltó una risilla y decidió tomar un baño; mientras se desvestía su celular vibró varias veces, le habían llegado cinco mensajes de Kid exigiendo una explicación. Law hizo caso omiso y tampoco contestó las llamadas del pelirrojo; se lavó y aclaró el cuerpo y cuando terminó de acomodarse en la tina para pasar un buen rato de relajación dentro del agua recibió una llamada distinta, era Killer.

—Hola, Killer-ya —contestó soplando a un montoncito de burbujas que tenía enfrente.

—Trafalgar, ¿qué haciendo? Kid me acaba de llamar, no sé si furioso o histérico para decirme que te has vuelo loco.

—Tal vez se deba a que le mandé un mensaje diciendo que ya no soportaba más esta situación e iba a acabar con todo.

—Posiblemente. ¿Y con eso qué quieres decir?

—Qué me voy a suicidar.

—Ajá. —Hubo un prolongado silencio— ¿Me puedes dejar tu colección de peluches y figuras?

—No.

—Muérete.

—Eso voy a hacer.

—Por experiencia sé que ustedes dos tienen una mente muy retorcida así que no me creo eso que te vas a suicidar. ¿Qué estás planeando?

—Hubiera esperado otra reacción, algo así como: por favor no lo hagas, la vida es hermosa, todo tiene solución o alguna de esas chorradas; me haces pensar que no te importa mi integridad.

—Kid es tu pareja, ¡a ti no te importa tu integridad! —Law soltó una leve carcajada.

—Voy a cumplirle una fantasía a Eustass-ya y necesito que finjas como si en verdad te importara mi salud.

—Debí suponerlo, no hay problema, pero... ¿cómo hago eso?

—Dile que no contesto el teléfono, tampoco he salido de la casa, nadie me ha visto y estás preocupado por ello.

—Ajá. No creo que me crea eso último —dijo burlándose.

—Métele un poco de sentimiento, Killer-ya, saca a relucir tus dotes de actor. Necesito que Eustass-ya venga lo antes posible pensando que ya me corté las venas.

—Ajá. Cortarse las venas es muy cliché, ¿no podría ser otro método? ¿Qué te parece si le digo que te llenaste el culo de pegamento de contacto y luego tomaste una cantidad insana de laxantes? Eso dejaría en shock a Kid.

—Si gustas. Pero atente a que te busque y haga exactamente lo mismo contigo.

—No eres nada gracioso.

—Lo sé. Gracias.

—Me voy, tengo otra llamada, y es Kid precisamente... entonces eres un suicida cliché en potencia... ¿por qué siempre me meten en sus asuntos?

—Si gustas podemos meterte en otro lado.

—No, gracias. Yo sí cuido mi integridad. Suerte con lo que sea que vayas a hacer.

Law había revisado con anterioridad los horarios de los vuelos de todas las aerolíneas. Si Kid conseguía un boleto para el vuelo más próximo estaría en casa antes del medio día. El ojigris decidió acostarse temprano, no sabía cuanto tiempo le iba a costar preparar los últimos detalles, así que decidió que lo mejor era madrugar.