Capítulo Uno

782 63 137
                                    





— ¡Déjame en paz, Jeon! —la voz en alto llamó la atención de muchas de las personas que estaban alrededor.

El mencionado se tensó, sintiendo las miradas encima de él y el chico que sostenía del cuello con sus manos. Eso era bastante llamativo, podrían acusarlo de abuso físico o abuso físico sexual, algo de lo que realmente no quería ser acusado esta ocasión.

Estaba bastante cansado de las estupideces que su víctima inventaba cada que intentaba zafarse de él.

Esta semana, era ya la número 15 en donde gritaba en público y actuaba como la víctima que no era, o no del todo realmente. Ambos eran víctimas tanto como culpables, pero Jeon jamás andaba haciendo sus teatros en público, o frente a cualquier desconocido cuando le tocaba a él ser la víctima.
Y tal vez era también porque se dejaba llevar demasiado bien y demasiado rápido para su gusto, tanto que ni tiempo se daba él mismo para poder intentar hacer un teatro como su víctima justo minutos antes.

— Cálmate, Kim —habló en un tono bastante tranquilo y pacífico, pero era el mismo que Jeon siempre usaba cuando estaba molesto con Kim y no pensaba seguirle sus teatros. Mismo tono de voz que Kim reconoce a la perfección y por ende supo que su plan había fallado esta ocasión.

Ya iban 14 de 15 esa semana.
La primera vez fue la única en la que Jeon entró en pánico cuando este hizo su teatro como una víctima, y por ello mismo, también fue la única vez que Jeon cayó.
En las siguientes, le importó una mierda que la gente los viese. De alguna manera u otra ambos terminarían en la cama juntos, esa era la rutina de 4 días por semana.

4 veces por semana, por alrededor de 5 años aproximadamente. Su lindo aniversario estaba por llegar en un par de meses.

— Eres detestable, Jeon —Kim escupió dejándose halar por el mencionado, quien lo miró egocéntrico—. En serio te odio también, deberías morir y desaparecer de mi vida que lo único que haces es estorbar. Al igual de ser una maldita distracción para mí en prácticamente todo lo que hago.

Jeon dejó salir una fuerte carcajada.
Kim giró los ojos. Enserio le molestaba que Jeon se riera de lo que le decía, como si supiera si lo decía en serio o no.
Kim era educado, desearle la muerte a alguien no era su fuerte si no se trataba de Jeon. Todo su odio por Jeon era enorme, era sincero, e incluso el sentimiento más fuerte que sentía por alguien.

Dejando de lado la intimidad que ambos tenían y no habían podido dejar de tener en casi 5 años. Aveces deseaba terminar con aquello, se sentía como si fuesen una pareja, después de tanto tiempo acostándose, y festejando sus aniversarios de la intimidad que mantenían, como si fuese algo normal.

— Mereces ser castigado hoy, tu comportamiento de hoy fue bastante irritante, ¿sabes? —la voz de Jeon sonó tan malditamente sensual que Kim gimió por lo bajo.

La tensión sexual ya la tenía desde que Jeon lo azotó en aquella pared y comenzó a poner sus enormes manos en su cuello, justo antes de que él mismo gritara intentando arruinarle su plan a Jeon. Plan que fracasó.

— ¿Me vas a castigar? —preguntó Kim sarcástico, fingiendo una inocencia que definitivamente no poseía desde que conoció a Jeon hace 7 años en el pasado.

Jeon rió de nuevo.
Apretó la muñeca de Kim y lo movió para azotarlo en la pared fuera de la habitación del motel al que siempre iban en sus pequeñas intimidades.

Habitación que ya era de ellos, ya estaba pagada por adelantado desde el inicio del año. Jeon decidió pagarla como regalo de aniversario. Por lo que esa lujosa habitación les pertenecía por lo que resta del año.

Enemigo ÍntimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora