ethereal ー renmin

2. like old times

«Volvamos al pasado, de cuando éramos felices, y no lo sabíamos.»

—¿Aún duele? —Preguntó el chico dirigiéndose a su amigo, quien estaba sentado en la cama, junto a él. Jaemin asintió —Debiste haberlos golpeado de vuelta, NaNa —El chico esbozó una sonrisa de lado, bajando la mirada. El hematoma se hacía cada vez más grande, y la linda cara de Jaemin ahora estaba toda hinchada y desfigurada.

—Como si fuera tan fácil hacerlo —Renjun abrió la boca para hablar, pero su amigo lo hizo primero —. Jeno es más fuerte que yo, Renjun, y eso se nota mucho. No sería capaz de golpearlo porque si lo hago me lo devolvería con el triple —Renjun suspiró.

—Eso es mentira, Jaemin. Eres fuerte, sólo que el miedo es quien te gana —Se dejó caer en la cama, acostándose. Jaemin no respondió.

Un silencio llenó la habitación, el ambiente era tranquilo y sereno. Al menos para Renjun, porque Jaemin luchaba contra sus lágrimas.

Un gimoteo salió del chico, llamando la atención de Renjun.

—¿NaNa? —Se acercó gateando al chico —¿Estás llorando? —El chico no respondió, sólo sorbió su nariz y dejó que las lágrimas empezaran a salir sin más.

Renjun lo tomó de los hombros, volteándolo hacia él. Jaemin no alzaba la vista, ésta estaba fija en sus manos temblorosas, las cuales apretaban con fuerza su camiseta.

El mayor lo abrazó con fuerza, acariciándole el cabello tratando de calmarlo. Jaemin no puso resistir más, y los sollozos salieron sin control. Renjun sentía cómo su camiseta estaba siendo mojada por las lágrimas de Jaemin, pero no le importó. Su amigo estaba dañado, muy roto por dentro, y eso era mucho más relevante.

Jaemin estaba quebrado por dentro. Su frágil corazón cada vez resistía menos, y la frustración y rabia consigo mismo le impedía ser alguien fuerte y seguro, todo lo contrario. Jaemin se había vuelto una persona lábil e insegura, llena de tormentos, sin embargo, tenía a alguien que sí lo ayudaba, alguien que lo consolaba y alguien que siempre estaba junto a él. Y ese era Renjun, su mejor amigo, su consuelo en la angustia, su pilar fundamental en su vida.