#03 Capítulo "Masacre Interior"

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Desperté.
Un día más. Me siento bien, muy tranquilo en realidad.
Hoy amanecí sin pensar en ella. Pienso que así estaría mejor y tendría una vida más estable.

Estoy aquí, sentado en esta mesa con una tasa de café, un cigarrillo y un móvil con mil llamadas. ¿Que de quien eran esas llamadas?
Pues...
Deudas, trabajo, amigos, mujeres y más mujeres.
Me cuesta mucho la ¡estabilidad! No se que es lo que realmente quisiera tener y solo vivo lo habitual, sin intentar algo nuevo y formal.

Pensar que pude formar una relación estable con mi niña.
¡Joder!
Otra vez pensando en ella.
Tal vez te has preguntado ¿porqué le llama niña a una adolescente?
¡Pues!
¡Atenea! ¡Mi Atenea!
Ella era una adolescente con 15 primaveras y yo un sujeto de 28 inviernos.
Sus 15 primaveras la convertían en una niña para mi.
Pero no era cualquier niña. Ella era "LA NIÑA"

Atenea era un ser tierno, noble y muy inteligente. Pensaba muy diferente a los chicos de su edad.

Tenia criterio.
Tenia sabiduría.
Tenia belleza.
Tenia exclusividad.
¡Y es que ella lo tenía todo!

Mi amor para ella sigue siendo una incógnita, ya que ella nunca pudo creer que yo en realidad la quería. ¿Acaso tanto la lastime para que mis palabras no signifiquen nada?
¡Lo siento Atenea!

¡Ahora! ¡Maldita sea!
Ahora me di cuenta que te amaba; ahora cuando ya no estas; ahora cuando piensas en alguien mas;ahora cuando te sientes libre y ese ahora es demasiado tarde para mi.

Y es que aun recuerdo sus palabras...
"Jamás pensé enamorarme así de alguien y después de años no poder olvidar. Sabes lo mucho que me importas, que daría todo por ti. Me enamore de ti como un becerro; me enamore de ti como un pintor ama su arte; como un músico ama sus melodías; me enamoré de ti sin pensar en lo que pasaría y me privaria de mi entorno, porque solo eras tú; porque eras tu mi vida. Pero ¿sabes que es lo peor de esto? Pues, yo no espero nada de ti; se que nunca me amarás"

Esas fueron sus palabras.
Esas palabras son las que me hacen perderme en el llanto y en la soledad.
Esas palabras hacen que mi alma quemé y no tenga paz.

En realidad aquella niña me amaba pero yo nunca lo valore; me acostumbre que ella era solo para mi y que nunca iba a irse. Pero me equivoque.

¿Ahora me ves aquí?
¡Ves!
Como estoy muerto y cegado por la perdición y la idea que nunca estaré tranquilo hasta volver a verla y pedirle perdón.

¡Atenea! ¡Maldita Atenea! ¡Vuelve a mi!
Reconstruye mi alma, has de ella lo que quieras pero hazlo tú. ¡Tu Atenea! Has que este masacre en mi interior termine. Has de las tuyas conmigo. ¡Atenea! ¡Atenea! Te necesito, te necesito mi Atenea.

"LA NIÑA DE MIS OJOS" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora