El Rescate (Leo)

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Volar durante días en un dragón de bronce no era tan divertido como sonaba.

Llevaba volando tres días seguidos, había equipado a Festo para ese tipo de situación, tenía comida, un asiento muy cómodo en el cual podía dormir sin peligro de caerme,un botiquín de primeros auxilios, un sistema de alerta, GPS y hasta un sistema para estar en comunicación con el campamento, el cual para esta parte del camino ya se había descompuesto,pero aún así con todo esto, quería estirar las piernas y caminar un poco, lo bueno es que según los cálculos del sistema de navegación faltaban tan solo unas horas para llegar, y la verdad es que no tenía forma de saber si el rumbo que estaba siguiendo era el correcto, era muy difícil recordar el camino hacia un lugar, cuando la primera vez que habías viajado allí, estuviste prácticamente inconsciente la mayoría del trayecto; Pero confiaba en Annabeth, ella fue la que diseñó el dispositivo de navegación, y yo solo lo construí, para que Annabeth  lograra diseñar algo funcional, se requirió mucho tiempo y un poco de ayuda de mi padre, estuve pidiendosela durante bastante tiempo, pero unos días antes de la guerra contra Cronos, un mapa especial apareció en la base de mi cama, con el camino exacto hacia Ogigia, cosa que no aparecía en ningún otro mapa, yo lo había confirmado, porque revisé todos  y cada uno de los mapas disponibles en el campamento; pero lo que me tenía más nervioso era Calipso, no sabía  si ella quería ser rescatada, bueno obviamente que quería salir de aquél lugar pero... no sabía si quería irse conmigo, una gran parte de mi, estaba seguro de que me odiaba pero la otra... no estaba tan segura, pero la pregunta lógica aquí era ¿por qué rayos, hacer un viaje tan largo para rescatar a alguien que muy probablemente podía odiarme?,  para mi la respuesta era sencilla, sin importar que sintiera o no sintiera ella por mi, yo estaba totalmente enamorado, además de que vivir apartada de todo y completamente sola no era justo, nadie merecía vivir así.

Mientras comía una manzana comencé a recordar la forma en la que por casualidad había caído en la isla de Calipso...hace unos siete meses estaba en una misión de reconocimiento, tenía que ir a uno de los puntos de reunión de los secuaces de Cronos y observar qué hacían para así regresar al campamento y realizar un plan para regresar y patearles el trasero a esos monstruos, era algo sencillo, pero yo y lo sencillo jamás nos hemos llevado bien, así que cuando me estaba llendo me tropecé y los monstruos me vieron, no tuve más opción que pelear, ya que mi pegaso estaba demasiado lejos, me alcanzarían, así que lo hice, al principio parecía que estaba ganando y que todo iría bien, pero de la nada comenzaron a llegar más y más, así que sin pensarlo demasiado cauce una gran explosión, y yo salí volando, eso ya me había pasado antes caer envuelto en fuego al océano, no me pasaría nada, pero esta explosión fue más fuerte de lo que pensé  y no recuerdo mucho del cómo pero de pronto yo estaba a unos cuantos metros de conseguir una muerte segura estampándome contra el agua, así que sin pensarlo comencé a trabajar con lo que iba saliendo de mi cinturón (que siempre tiene lo que necesito), pero finalmente construí un tipo de armazón bastante improvisado, al que uní a un pequeño motor no demasiado potente, pero milagrosamente eso funcionó y oficialmente había creado el helicóptero personal más peligroso de todos, y así salí disparado hacia la isla más cercana, pero mientras más velocidad tomaba, todo el "helicóptero" hacia ruidos extraños y vibraba, hasta que de pronto el artefacto explotó con un gran ¡BUM!, y por supuesto yo salí volando de nuevo, solo que esta vez caí en la arena de la isla, en la que por cierto hice un cráter, después de eso estaba bastante sorprendido de seguir con vida, lo cual me puso bastante feliz hasta que una chica apareció para arruinarme la felicidad, sí,  jamás pensé que ese tipo de pensamiento cruzaría mi cabeza pero era cierto.

-¿Qué haces?, ¡Has estropeado la playa!- me gritó bastante furiosa.

Yo había conocido a algunas diosas, pero esa chica que me veía enfurecida desde el borde del cráter, de verdad que parecía una diosa;llevaba un vestido blanco sin mangas  con un cinturón trenzado que parecía ser de oro, su cabello era de un color castaño dorado, el cual estaba trenzado, era realmente pálida, casi tanto como Nico Di Angelo, con unos oscuros ojos rasgados y unos labios carnosos, según yo tenía la misma edad que yo, unos 15 años, pero la expresión de enfado que tenía no hizo que me cayera nada bien aquella chica.

¿Y si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora