Allison es una chica un poco despistada y poco femenina que esta completamente enamorada de su mejor amigo Matt.
Matt es un chico frió y mujeriego que vive al día pero que se encuentra perdidamente enamorado de su mejor amiga Allison.
Pero antes de...
-Debo admitir que la comida esta deliciosa.- después del momento incomodo que pase, decidí hacerlo a un lado y concentrarme en este momento agradable.
-Te dije que era un gran cocinero.- espeta arrogante por lo que pongo los ojos en blanco.
-Y así arruinas el momento.- ríe
-Solo espera a probar el postre.- se levanta y dirige a la cocina.
Me levanto y comienzo a caminar por el departamento, no es que este husmeando solo estoy conociendo; me parece un tanto extraño que no tenga ninguna foto de sus padres o de amigos.
Me coloco frente a un librero mientras sujeto mis dijes.
-Explorando.- me sobresalto y al girarme me encuentro con Thomas que trae una especie de flan de cajeta.
-Me llamaron los libros.- comento y sonríe para acercarse a mí.
-La mayoría son de mi hermana, no soy muy aficionado a la lectura.-asiento.- Lindo collar.- me giro a el.
-Gracias.
-Tienen un significado especial.-comienzo a ponerme nerviosa.
-Si...uno muy profundo.- sonrió forzadamente-¿Por qué lo dices?.
-Por que los dijes son de una llave y un candado. El candado es para aquella persona que guarda algo muy profundo y la llave le pertenece a la única persona que es capaz de abrir sus secretos.- proceso sus palabras y en cierto modo es verdad por esa razón Matt decidió que yo tuviese la llave ya que según sus palabras: soy la única que logro abrir su corazón.
Me giro e inconscientemente recuerdo aquel momento. Thomas toca mi mentón girándome a el y limpiando una lagrima que no había notado hasta ahora.
-No estés triste.- susurra.- Todo tiene una razón.- sus palabras me confunden y me sonríe.- Hora del postre.- asiento.
Me dirige al sofá y me entrega el plato con el flan de cajeta al probarlo mis papilas gustativas se deleitan con tan exquisito manjar.
-POR DIOS, es realmente delicioso.
-Qué bueno que te gusto me esmere demasiado para hacerlo.- se sincera.
-Pues es una buena impresión. -Sonríe.
Los siguientes minutos nos la pasamos platicando de cualquier tontería debo admitir que tenía una imagen errónea de Thomas, es un hombre realmente agradable aunque cuando le pregunte de su familia simplemente evadió el tema. No insistí más ya que debe de tener sus motivos para no hablar de ello al igual que yo.
Nos dirigimos a la puerta de su apartamento para despedirme.
-Realmente me la pase muy bien.- sincero.
-Ya tenía preparado un plan B por si se me quemaba la comida.- sonríe.
-¿Y cuál era ese plan B?
-Pizza.- reímos
-Hubiera funcionado.- nos miramos por un momento.- Creo que ya es hora de irme.
-Alison.- susurra.
-¿Si?.- muerdo mi labio inferior y su vista baja a ellos.
-Lo siento.
-¿Por qué?.-pregunto confundida.
-Por no contenerme.- y antes de preguntar estampa sus besos con los míos
Me quedo en shock por su atrevimiento realmente es algo que no me esperaba. Me tiene acorralada en la puerta su cuerpo está junto al mío y sus brazos están mis costados pero sin tocarme, sus labios son tan suaves como lo imagine inexplicablemente sigo el beso tomándolo por sorpresa; es como si mi cuerpo supiera exactamente que hacer mis manos tienen vida misma y que rodean el cuello de Thomas acercándolo más a mí, sus brazos se colocan en mi cintura aprisionándome más al calor de su cuerpo.
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Su mano recorre lentamente mi columna vertebral provocando que mi piel se erice, el beso es lento, suave como si ya nos hubiésemos besado con anterioridad, sus labios se amoldan perfectamente a los míos con mucha familiaridad como si este beso ya lo hubiéramos tenido, siento como poco a poco la respiración comienza a acelerarse y sus movimientos se vuelven más posesivos y...
-YA LLEGUE.- abren la puerta fuertemente tirándonos al suelo logrando que quede justo encima de Thomas.-
Nuestros rostros se giran un poco para ver a la intrusa que resulta ser nada más y nada menos la chica de la toalla que según es la amiga de Thomas. Quien trae puesto el vestido azul. Nos observa un poco confundida pero al ver la posición sonríe pervertidamente.
-¿Interrumpo algo?.-pregunta con voz coqueta, parpadeo y me levanto apresuradamente al igual que Thomas.
-No.-digo.
-Si.- replica Thomas que la mira de mala manera.
-Bueno si quieren evitar interrupciones creo que es mejor ir a la habitación y...
-Basta Vanessa.- habla Thomas y pone los ojos en blanco.
-Solo decía.- se gira a mi.- Por cierto no nos han presentado.- extiende su mano.- Me llamo Vanessa la mejor amiga de este idiota.- me sonríe cálidamente.
-Soy Ali...
-Alison Blendel lo sé.- termina por mi.- Mi queridísimo amigo habla mucho de ti.-me giro a Thomas quien tiene un extraño rubor en sus mejillas.
-Supongo que eso si me hace parecer un acosador.- ríe nervioso.
-Ya lo creo, ya es hora de irme.
-Deberías quedarte un poco mas para...POSTRE.- grita emocionada y corre a la sala por el postre.
-Y así son mis días.- concluye Thomas.- Te acompañare.- no replico ya que sonó mas como una afirmación que como una pregunta, asiento y salimos de su departamento.
Caminamos hasta llegar a mi departamento.
-Me la pase muy bien esta noche.- sincero.
-¿Eso significa que ya te agrado?.- pregunta temeroso a lo cual sonrió.
-Fue gracias a la comida.- sonríe. Se acerca a mí y besa mi mejilla.
-Descansa hermosa.- se aleja y me adentro a mi departamento.
-DIOS.- ¿Qué fue lo que paso?.- susurro para mí misma porque la verdad no lo entiendo.
