Capítulo 50: Penúltimo

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Capitulo 50: PENÚLTIMO.

(...)

Tomamos el primer taxi a casa y llegamos a los 30 minutos. Harry me ayudó a bajar mi maleta y entramos a casa.

- Mamá, ya llegué -dije buscandola por todos lados.

- ¡Hija! -dijo mi madre bajando las escaleras y miránodme de arriba abajo-. Te ves diferente.

- Me siento diferente -hablé y ella me abrazó.

- Me alegra, hola cariño -saludó a Harry.

- ¿Cómo estas Linn? -preguntó.

- Feliz porque ya están aquí, sanos y salvos, y cero nietos -sonreí-. ¿Cierto?

Reí nerviosa y asentí-. Cero.

- Perfecto, soy muy joven todavía para eso -mencionó y me abrazó otra vez-. ¿Te gustó Paris?

- Gustar es poco mamá, lo amé -dijo abrazando a Harry.

- Y también encontró novio allá -dijo Harry y lo miré.

- ¿Novio? -preguntó mi madre- ¿Quién? -fulminé a Harry con la mirada y él arqueó una ceja.

- Se llama Josh -respondió él mismo- era guapo y tenía labios sexys... ¿verdad?

- Ah, sí ese que me besó y le gustaron mis labios -lo desafié.

- ¿Besaste a otro chico? -preguntó mamá.

- Si -sonreí-. Me agradó -sonreí a Harry.

- No tienes idea -respondió Harry y mi madre nos observaba.

- ¿Tuvieron sexo? -preguntó mamá haciéndonos sonrojar a ambos.

- Ah... ¿y la tía? 

- ¡Allison Marie Caulhoun! -gritó.

- ¡Mamá! eso no se pregunta -fruncí el ceño.

- Saben, creo que Anne me espera en casa, sí me lo permiten...-dijo dando paso a paso hacia la puerta.

- ¡Tú no te vas, explícale a mi madre! -dije jalándolo de la camisa y él solo observó a mamá con sonrisa inocente.

- Yo bueno, cuando... una abejita... ama a una abejita mujer... bueno...

- ¡Cállate Styles! -gritó mi madre.

- ¡Ay! sólo fue poquito -dijo colorado.

- ¿Poquito? ¿y cómo es eso? -preguntó mi mamá.

- Este... tengo hambre -dije con media sonrisa- no te agradará saber que comí mucho pastel, ¿por cierto me compraste algo por mi cumpleaños?

Ella entrecerró los ojos y negó con la cabeza-. Si, está en tu cuarto -dijo y tomé a Harry de la mano y corrí. Amaba los regalos, quizá porque no los tenía muy seguido. 

- ¿Emocionada? -preguntó Harry.

- Para nada -sonreí y abrí la puerta. Harry entró y comenzó a correr hacia las bolsas que habían sobre la cama. Tomó la caja enorme y me dijo que la abriera primero. Yo estaba tan ilusionada, no sabía qué sería lo que me regalarían. La agité y luego de que él me retara a quitármela me dejó abrirla, creo que me pude haber vuelto loca, al instante en que lo vi, era un ukulele.

- ¡Ah!, ¡ah! ¡un ukelele! -dije emocionada-. ¡Dios! -toqué un poco-. ¡Y esta afinado!

- ¿Sabes tocarlo? -preguntó Harry.

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