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Mientras bajaba al buffet del hotel, el bullicio se escuchaba más potente.
Desvié mi trayecto hacia la puerta principal, vi desde lejos al conjunto de personas que se encargarían de arruinarme el sueño. Pude identificar carteles con el logotipo de Panic!. Parecía un chiste.
Parte de mí se puso ansiosa por la posibilidad de cruzarme a los integrantes rondando por los pasillos del hotel, o en el buffet, o tal vez en el gimnasio.
Recordé el motivo por el cual había bajado, y retomé el rumbo hacia el comedor. A decir verdad, la cena permaneció tranquila. Miraba mi celular mientras disfrutaba de la comida. Entre tanto, ya que tenía la ubicación activada y Google detectó que fuí al show, me saltaban noticias relacionadas a la banda.

Así que, ¿Brendon? ¿cuánto tiempo pasó desde la última vez que supe de la banda?
Mi ex mejor amiga me los había presentado, y se la pasaba escuchándolos. No eran mucho de mi estilo, pero aún así me agradaban bastante.
Deshechando ventanas emergentes que no me interesaban, saltó una que me sonó rara:

¡Última noticia! El cantante de la banda Panic! at the Disco, Brendon Urie, anunció su separación.

Era una noticia un poco clickbait, para qué engañarse. en ella explicaba que se separaba, pero de su esposa. Los comentarios estaban repletos de fans comentando tanto a favor, como en contra de Sarah, su ahora ex esposa. Otros tantos presentaban teorías sobre qué habría pasado, basándose en las últimas publicaciones de Brendon en redes, y las fotos donde estaba siendo etiquetado.

Terminé de cenar, tomé mis cosas y me propuse volver a la habitación...
pero la curiosidad me superó.
Iba a recorrer un poco del edificio, a ver si me encontraba con alguien de la banda.

—Disculpe, ¿hacia dónde queda el gimnasio?

—En el tercer piso, señorita.

Agradecí a la recepcionista y fuí a tomar el ascensor. Luego de unos cuantos segundos, las puertas se abrieron. Entré, indiqué el piso al que iba, y mientras las puertas se cerraban de nuevo escuché venir corriendo a alguien. Detuvo la puerta en el momento justo y entró.

Estaba apenas hiperventilado, y con una manzana verde en la mano, vestido con ropa deportiva.

—Eso estuvo cerca- susurró y soltó una risa pequeña.

Mis ojos quedaron impactados. El poco esfuerzo que hay que hacer para terminar encontrándose a Brendon Urie en un hotel...

Me reí en consecuencia y evité mirarlo fijamente.

—Qué coincidencia, ¿sabes?, hoy fuí al show que dieron con la banda en el estadio que está cerca. - dije con un poco de timidez. No quería que se sienta invadido.

—¿De verdad? ¿y te gustó? - volvió a sonreír.

—Muchísimo. Fuí por pura curiosidad, y me llevé una sorpresa muy agradable con toda la puesta en escena. Les felicito.

Dancing's not a crime ; Brendon Urie -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora