five

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Sonó mi teléfono

y casi como si lo hubiese llamado con la mente;

era él

—¡¿Cómo es que no me avisas que te vas a Los Ángeles?! -

— Hola, estoy bien. ¿Vos?-

— Te estoy hablando en serio. Me desesperas.-

— La última vez que hablamos te encargaste de destruír lo poco estable que tenía. ¿A qué se debe este planteo absurdo?-

— A que te extraño y estás muy lejos.-  

Por mi mente pasaron mil recuerdos en simultáneo. A lo único que pude apuntar fue a soltar un suspiro.

Hasta que del otro lado se escuchó:

— ¿Cuándo volvés? -

—Mañana.-

Como si eso te interesara en realidad.

— Te paso a buscar.-

— Ni se te ocurra.-

Todo eso fue suficiente por hoy. Me despedí y le corté intentando no mediar más palabra.

Aún quedaba tiempo antes de que oscureciera, así que salí a dar una vuelta.

Descubrí, entonces, que cerca de mi hotel había un estadio. Y a juzgar por el bullicio que había, al parecer estaba por presentarse gente bastante importante. 

Exploré un poco y se trataba de Panic! At The Disco. Una banda que yo ya conocía de nombre y de haber escuchado alguna que otra cosa. Hice una media sonrisa al enterarme.

Me acerqué a la boletería por investigar y resulta que aún quedaban algunos tickets. Volví a mi hotel a buscar el "dinero de emergencia" que había llevado (sí, para un viaje de 3 días) y compré uno. Así, porque sí. Y porque necesitaba distracción.

Fue de las mejores distracciones del mundo.

Dancing's not a crime ; Brendon Urie -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora