Encuentro inesperado

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Ya adentrándose en el bosque se encontraban las cabañas pero solo una de ellas estaba ocupada en esos dias. El dueño, un hombre corpulento de unos 35 años escucho llegar la patrulla, salio con un cuchillo cubierto de sangre y un mandil igual manchado. Los oficiales al verlo dieron vuelta para quedar de lado y bajaron desenfundando rápidamente.

-Alto, policía, baje el arma. -

Malhumorado solo entro a la cabaña, los oficiales le pidieron salir de nuevo.

-señor salga con las manos en alto.

Al ver que no obedecía entraron con cautela, buscándolo poco a poco pasando por la sala y luego al comedor y al llegar a la cocina lo encontraron en una tarja lavándose las manos y al centro una gran mesa con un venado en partes, lo estaba partiendo.

-Estoy preparando la cena, ¿Se quedan?- les pregunto secándose.
Los oficiales se miraron uno al otro y guardaron sus armas.
-Hemos... - hizo una pausa el oficial pensando como decirlo -  encontrado algo extraño por aquí y queríamos saber si usted vio algo. -

-¿Algo como que? -

-Pues algo fuera de lo normal, lo que sea -

El hombre se quedo pensativo y dudo un segundo.

- Pues la verdad si, hace un par de noches escuche que se rompía una ventana o algo de vidrio en una de las otras cabañas, aunque no se decir cual exactamente. -

Los oficiales se miraron extrañados y solo dieron la vuelta para salir.
-Gracias - mencionaban al salir,    - si ve algo más, avisenos por favor -

-si, seguro - se limito a contestar

Al salir voltearon a ver las cabañas a ambos lados de la que acababan de salir.
-Debemos separarnos, si encontramos algo usaremos el radio - le mencionaba uno al otro.

Su compañero se limito a asentir y se separaron, el señor de la primer cabaña solo los observaba desde su pórtico viendo a un lado y a otro hasta perderlos de vista. Solo ingresó de nuevo.

El primer oficial iba cauteloso cuidándose de todos lados sin saber si encontraría algo, al acercarse más a la cabaña que le había tocado pudo notar que esta estaba maltratada y sucia.

Comenzó a subir las escaleras y al llegar al último escalón con su pie encontró atravesado al paso un hilo que iba hacia arriba de la puerta a una campana pequeña, pero se dio cuenta demasiado tarde, ya estaba sonando al tocarla con el pie, regreso un poco, salto para librar la trampa que pensó sería más como una alarma la cuál ya había activado, así que debe esperar algo...

Desenfundo su arma y alcanza a notar que la puerta está ligeramente abierta apenas perceptible.

La abrió para entrar anunciandose.

—Policia, ¿Hay alguien en casa?—

Gritaba al tocar la puerta antes de dar otro paso más, con el cual al tocar la madera sonó un click debajo de la tabla que pisaba, soltó la puerta que se cerró al momento.
—¿Una puta mina?—
penso al mirar al suelo su bota cuando escuchó un sutil silbido y sintió como le perforaba el pecho una flecha, que de no haberse movido hacia abajo a ver su bota le habría atravesado el corazón, sin embargo solo le dio en la clavícula y lo hizo caer con una rodilla al suelo con un grito ahogado para no llamar la atención y rápidamente volteó para ver de donde había venido el ataque se levantó con dificultad aún con su arma en la mano prestando atención a su alrededor.

Cuando siguió hacia adelante tambaleante golpeó una mesa, de la cuál en la parte de abajo salió un hacha a la altura de la rodilla izquierda cercenandole la extremidad, y ahora sí no pudo aguantar y grito de dolor ya que al caer también movió la flecha en su hombro y no resistía más, tirado totalmente pero buscaba su arma para defenderse, demasiado tarde ya que atrás de él apareció un hombre con capucha y vestido con uniforme tipo militar.

—¿No pueden dejar de molestarme? Tuve que poner estás trampas para los idiotas como tú qué vienen a mi casa a molestar, aprendan, que no es buena idea...

A cierta distancia de ellos, el otro oficial caminaba cauteloso también, atento a su alrededor esperando encontrar el vidrio roto que les habían comentado, llegó a la entrada y subió las escaleras del pórtico y tocó la puerta anunciandose.

—hoolaa, hay alguien en casa?
Tocó la puerta un par de veces pero no recibía respuesta, aunque pudo notar algo peculiar, en la orilla de la puerta contaba con un teclado digital el cual supuso era para el acceso; así que no podría abrir sin la clave.

Rodeó la cabaña asomándose por las ventanas pero no logró ver nada, así que regreso al camino donde se encontraba la patrulla, al ver qué su compañero no estaba decidió ir a buscarlo.

Al llegar a la entrada de la cabaña alcanzó a escuchar un leve sonido de una puerta abriéndose, pero al ver la de la entrada que estaba cerrada decidio rodear la cabaña para ver si la puerta trasera era la que se abría y esperaba ver a su compañero pero al entre ver con el rabillo del ojo hacia la ventana alcanzo a ver a un hombre sospechoso que pasaba hacia una puerta interna que cerraba al paso, llevaba un cuerpo cargando.

Sin PistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora