REMEMBER | 1

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REMEMBER| CAPÍTULO 1
Emiliano 2 años después.

-Tú puedes, Emiliano. Adelante, no debes rendirte....Uno; solo uno.

Hoy me tocaba terapia, tenía que volver a caminar, pero mi cuerpo no me ayudaba. No podía, no tenía fuerzas.

- ¡Anda, tu puedes!

El doctor González me animaba a seguir, yo solo quería rendirme mis pies no daban ningún paso. Me sentía devastado. ¿cómo se supone que deba seguir si lo he perdido todo?. La he perdido a ella. Mi madre.

Te extraño

Me haces mucha falta

Nuevamente sentía las lágrimas en mis ojos.

¿Cómo debo hacer?

¿Cómo puedo seguir sin ti?

- ¡Agh! - grité de impotencia y desesperación. Tenía mucho dolor en mi pecho. En mi alma. ¿Cómo pudo hacerlo?...

Un suave aire acarició mi rostro y sin verlo venir me deje caer. En cuestión de segundo ya tenía al doctor sosteniéndome.

Me abrazó y sonreí.

Era ella.

- Tranquilo.- Sus palabras me reconfortaba, me sentía protegido y guiado.

-Ella está aquí, doctor.... La he sentido. Mi madre está aquí...

Me separé rápidamente y miré a todos los lados. Mi corazón palpitaba de una manera inexplicable. ¡Mi madre! Era ella.

- ¿Quien? - Me mira sorprendido.

- Mi Mamá; ella...

Intenté pararme rápidamente... pero caí de nuevo.

Lo volví hacer y me agarré a las barras de apoyo. Esta vez sí quede de pie.

Las lágrimas no paraban de salir pero ya no eran de tristeza...NO, Eran de emoción una que no podría explicar.

- ¡Dios! ¡Emiliano, te has puesto de pie...solo!

Felicidad

Su vos reflejaba felicidad.

- ...Ella, me ha susurrado "Tu puedes, mi pequeño"

Me volvió abrazar un poco más fuerte pero sin lastimarme.

- ¡Oh Dios mío! - murmuró sin soltarme.

Tomé la iniciativa sin dejar de sostenerme lo miré.

- Quiero hacerlo, Yo puedo hacerlo. Quiero volver a caminar, Doctor ayúdeme.

Las lágrimas ya no salían.-... Ella está y estará conmigo siempre. Lo he sentido y por ella lo haré. No me rendiré... Ya no.

- Escucharte decir eso. Me alegra demasiado. Y bueno vamos que esperamos ¡Tú puedes, campeón!

6 meses después.
Keith González

- ¿Estás listo? Ya es hora de irnos, Emiliano.


- No quiero ir. Que haré sin usted, doctor.

- ¡Eh campeón! No te pongas triste, esto será temporal. No estarás mucho tiempo en la casa de acogida. Te lo prometo, campeón.

- Me da su palabra.

Asentí y sonreí.

Emiliano un niño de 6 años que llegó gravemente herido, diferentes fracturas en su cráneo. No podía creer como existía gente sin sentimientos que le hiciera eso a un pequeño. Y peor matar a su madre frente a sus ojos. Eso es de desalmados.

Bestias sin corazón.

Cuando lo vi, sentí como se me hacía un hueco en el estómago. Su pequeña carita maltratada, su ojo morado y su labio partido. Me llené de impotencia y quise yo mismo ir a partirle la cara a ese ¡Hijueputa!

Había huido luego de su crimen, los periódicos, los canales de TV. Solo hablaban de este casi doble asesinato.

Se había convertido en un Femicidio.

Emiliano fue ingresado y brevemente operado de un coágulo cerebral. Si no lo hacía podía haber muerto. El niño es muy valiente.

Lo admiro.

En cierta manera hizo que recordará mi infancia.

Después de la última operación que se le realizó en su cuerpo; cayó en coma. No resistió.

Su vida pendía de un hilo. Fue conectado a varios aparatos respiratorios. A medida que pasaba el tiempo varios doctores querían tirar la toalla. No había ningún familiar cercano a él. Por no decir nadie.

Habían decidido desconectarlo. Pero me opuse; había puesto toda mi Fe en ese pequeño. No tenía la culpa de haber nacido y vivir ese infierno. Luche contra todos para que no lo desconectaran.

"2 años"

Era la condición, si luego de ese tiempo no reaccionaba, ya nada podía hacer. Cada día antes de terminar mi turno pasaba por su habitación. Le pedía que fuera valiente; qué no se dejará vencer. Me había encariñado con ese pequeño. Tanto que le hable a mi esposa Jamie, de aquel niño y ella me apoyó en la decisión que había tomado.

El tiempo pasaba, ya no sabía que creer.... Anhelaba que reaccionará me sentía exhausto, se acercaba el día en el cuál había que desconectarlo. Mis ilusiones de verlo despierto iban de bajada.

Un día pasé por su habitación quería despedirme definitivamente, lloré mucho aquel día, No dejaba de susurrarle los intentos que hice por verlo con vida, nuevamente le pedí que abriera sus pequeños ojos que sea valiente, que no se deje vencer. Había tomado su mano y le apreté.

¡Lo siento! Grité sin soltarlo.

Tenía que dejarlo ir.

Una brisa fresca se coló por la ventana de la habitación, haciendo que me estremezca. Limpié mis lágrimas. Decidí por salir sin mirar atrás pero detuve mis pasos al escuchar un pitido exagerado de la máquina que conectaba a su corazón.

¡Estaba reaccionando!

No sabía qué hacer, no sabía a quién llamar. La felicidad que gobernaba mi corazón era tan grande que no me permitía razonar y entender que no tenía que llamar a nadie. Porque yo era el encargado de ver por su vida...

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Corregido ;) 

Confuso Amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora