|Capitulo 5|

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Canción : Daddy Issues

Canción : Daddy Issues

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París seguía sin poder creerlo. Después de tanto tiempo : su marido estaba apunto de hacerlo con élla. Las esposas en sus muñecas le calaban. Estar esposada en la cabecera de la cama no era tan divertido como se veía en las películas.

Los labios de Martijn besaban su cuello, para ir bajando a sus pechos. París no llevaba nada puesto, estaba expuesta ante él, vulnerable. Martijn levantó la mirada hacía su esposa cuando comenzó a abrir sus piernas, esbozando una sonrisa maliciosa. La castaña solo pudo notar una cosa en los ojos de su marido: lujuria pura.

El holandés sostuvo las piernas de París con firmeza, para luego, comenzar a besar los lábios del sexo de la castaña. París empezó a gemir y Martijn levantó una mano, para tocar sus pechos mientras, con la otra mano, acariciar sus piernas; su lengua seguia haciendo su bién hecho trabajo ahí a bajo.

-Ahh - levantó su cadera, buscando más contacto con la lengua del castaño-. Joder.... Amor... - gimió en un fuerte grito cuando llegó su bendito orgasmo. Martijn empezó a repartir besos por el abdomen de la chica.


-Esto apenas comienza - informó -. Sin embargo, habrá reglas - cuando la castaña asintió, continuó -: la de hoy será de que no podras gemir, si lo haces, te castigaré.


De una vez que quedó claro se levantó para despojarse de su pantalón y boxer : quedando completamente desnudo. Se aproximó a la castaña, posicionándose entre sus piernas, entró de golpe.

Fue muy doloroso para París, jodidamente doloroso. Gritó, ganándose que el castaño haga mas agresivas sus penetraciones.


- Mueve la cadera, nena... - exigió, con la voz ronca. Seguía moviéndose su cadera, junto a la castaña. En el cuarto solo se escuchaban los gruñidos de Martijn, y como rechina la cama. París estaba desesperada; quería gemir, sentía que ya no aguantaría más.


Martijn notó como París se mordía los labios: los cuales ya sangraban. Éso le encantó; pero solo era una probadita de como seria el juego. Su juego de él; se divertiría mucho jugando con su presa.

París gimió, ya no pudo más. Error. Martijn la penetró aún más; y fue mas doloroso. Lejos de ser excitante fue excesivamente doloroso con la agresividad que lo hizo. Continuó con el mismo ritimo, aumentando cada vez más y París ya no lo soportaba.



Su sexo le dolía, lágrimas humedecian sus mejillas.


-Martijn... ¡Para! - chilló entre sollozos de dolor -. ¡Basta, me duele!


-Yo te lo advertí - Cuando se corrió salió de élla de forma brusca. La tomó con violencia de la barbilla -. Acostumbrate, que esto no es nada - la soltó y se levantó, buscando su ropa.


-Quítame las esposas - Martijn no le contestó, solo se cambió y salió de la habitación.



Dejando a París sola encadenada aún.

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Nadie decia una palabra en el desayuno. Después de que la había dejado sola esposada, la dejó así por horas. El sólo se había ido a tomar; ahora sufría la resaca.


París giró la cabeza hacía un niño que jugaba con su papá. El hombre le pareció conocido.

- ¡Adriel ! - gritó París, esbozando la sonrisa más amplia que pudo hacer. Martijn hizo una mueca: también lo reconoció, y ambos se adiaban.

El pelinegro giró la cabeza y esbozo una sonrisa amplia -. ¡París! - se acercó a envolverla en un abrazo, que la castaña correspondió gustosa.


Adriel era el hermanastro de Martijn; su relación no era la mejor.

- Andrews, Dios, estas tan grande - comentó la castaña, efusiva, abrazando al pequeño niño.


Este solo sonrió tímido sonrojandose levemente. Andrews es el hijo de Adriel; es el niño mas ocurrente y noble que podía ver.


- Hola - saludó Adriel a Martijn; el cual le devolvió el saludo con el mismo tono seco: solo se saludaban por educación.


-¿Dónde esta Cora? - cuestionó la castaña, refiriéndose a la esposa de su cuñado político.


- Esta por allá - apuntó Adriel hacía una mesa dónde se encantraba Coraline.



Sin duda la precensia de ellos dos le habían alegrado el día a París. Lo único en lo que le incomodaba era ver a Andrews; le traía malos recuerdos. Pero Coraline conseguía distraerla de sus torturosos recuerdos que tanto la atormentaban. De verdad se llevaba genial con esa chica.


Para Martijn era un infierno tener que volver a ver a su hermanastro.



Si Coraline y Adriel se enteraran de como se comportaba con París : tendría graves problemas.

Fallidamente Casados→ Martin GarrixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora