Fallidamente Casados→ Martin Garrix

|Capítulo 10|

Canción: Carla Morrison - No vuelvo jamás .

Un par de meses y París no dejaba de sentir aquel vacío. Sus recuerdo felices con él, ya no eran más que un fantasma lejano; que jamás volvería. Una tarde, mientras la fría pareja cenaba, dónde el único sonido procedía del reloj y el ruido de los cubiertos: lo descubrió. 

No quería seguir viviendo así.

Ella no merecía esa vida.

Esos pensamientos cruzaban por la cabeza de la castaña, mientras que Martijn cenaba con tranquilidad, indiferente a lo que sucedía a su alrededor.

Ese fue el error del neerlandés. No miró las señales, jamás creyó posible perderla.

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-Martin... yo... - la voz se le rompió intentando contener el yanto, sin mucho éxito - .. lo intenté, amor. Yo ti todo, tal vez no fue suficiente, ¡ pero joder lo intenté! Igual no puedo obligarte a que me sigas amando. Si tú no te has podido perdonado, yo ya lo hice. Intenté que nos salvaramos juntos, pero tu quieres seguir hundido - la castaña sollozo unos segundos - . Jamás creí hacer esto, pero... llego la hora de decirte adiós. Por mi, por ti, por nosotros.

Y finalizó el recado en el buzón de voz.

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Mientras ese mensaje fue grabado, mientras su esposa empacaba : el neerlandés se encontraba en algún otro lugar de Amsterdam.

Un cuarto con una chica. Besándose, tocándose con alguien que no era la mujer que en ese momento lo estaba dejando. 

- Martijn..  - gimio la rubia mientras el castaño la penetraba sin piedad.

Al llegar al orgasmo, de su boca salió el nombre de su esposa. Y se sintió un asco. Se sentía una basura el ser capaz de decir el nombre de Paris en ese momento. Se levantó vistiendose bajo la mirada de la rubia.

-¿ Es en serio, Martin? ¿ piensas en esa mohigata mientras estas conmigo?

- ¡ Cállate, Sonja ! No te atrevas a llamar a mi esposa así! - Gruño Martijn vistiendose.

- Si tanto te molesta, ¿ No has pensado que ofendes más su nombre tú? Al venir a mí, a estar aquí y no con ella .

Esas palabras le calleron como un balde de agua fría. Sin decir más tomó su celular y salió a toda velocidad, reprochandose a si mismo. Un mensaje de voz de Paris captó su atención.

Al finalizar de oírlo sintió como su mundo se vino a bajo como aquel día. Como si su apoyó, su sostento en este frío mundo ya no estará. De pronto, se sintió incapaz de poder permanecer de pie, sus piernas fallaron, cayendo de rodillas.

- ¡ No ,no ! - Golpeó el pavimento con los puños: el cual, por la temporada, estaba cubierto por una leve capa de hielo - ¿¡ Qué hiciste, Martijn?!

Golpeó más fuerte: sus nudillos sangraban , sus ojos ojos estaban borrosos por las lagrimas. No sentía frío, ni él dolor de sus muñecas fracturadas: nada era más grande que el dolor que desgarraba su corazón.

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Dos años antes...

- Amor, mira tiene tus ojos - Chillo París.

- No tienes que decirlo , lo estoy viendo, cielo - Río el castaño, sacando su cámara para tomar una foto al pequeño - ¿ Ya pensaste mi idea de llamarlo...

- Por enésima vez, Garritsen,  no llamaremos a nuestro hijo igual que tu ídolo tiesto - declaró París, ganándose un divertido puchero de su esposo.

- Entonces, tengo a la niñera lista para que podamos tener momentos a solas tu y yo , tu me entiendes - el castaño bajo y subió las cejas, juguetón.

- No lo sé.  Martijn....

- Por favor, también debemos tener tiempo en pareja. Ya sabes, mantener viva la llama.

Al final su esposa accedió, siguieron bromeando y conversando mientras jugaban con el tan pequeño Christopher: su hijo.

Pasaron las semanas, y todo parecía ir en orden. Pero se equivocaron, no debieron haber confiado.

Todo empezó con que la niñera no respondía las llamadas, con la puerta cerrada con seguro y sólo una luz encendida cuando la pareja llegó.

Cuando lograron entrar, lo primero que captó su atención fue la cuna vacía; pero lo aterrador fue unos metros más allá un pequeño cuerpecito se encontraba invomil, tiesto.

Lo primero en oírse fue el desgarrador sonido de la madre, cuando corrió a sostener el invomil cuerpo sin vida de su hijo.

Esa niñera estaba loca. Nunca pensaron en su salud mental.

Jamás se lo perdonarían. No volverían a ser los mismos.

Volví!!!

Vaya! Tengo como medió año sin hacer esto ¡ pero lo extrañaba!

Al rato reviso las fallas ortográficas;v

Nos vemos en lo que se viene besos