Belleza

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El rostro de Marinette estaba completamente inerte frente a la pantalla. En ella se reflejaba un auto volteado en la pista el cual ella reconocía como el auto de Adrien. El mundo se había parado en ese momento y cada palabra de ese reportaje hacia más grande el hueco que se había formado en el pecho de la azabache.

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Marinette corría por los pasillos de aquel hospital buscando desesperadamente a su amado. La desesperación se hacia cada vez más grande hasta que al fin dio con la habitación que buscaba. ¿ Será él? Se preguntaba mientras veía con espanto un cuerpo tendido en aquella cama de hospital con el rostro completamente cubierto en vendas.

Marinette veía la escena con suma angustia. Detrás de ella siente una mano tocando su hombro. El padre de Adrien estaba parado junto a ella con una expresión de angustia y desconsuelo.

- Mi... Mi... Hijo...

Gabriel no podía hablar, su voz se sentía cada vez más quebrada y sus ojos inyectados en lagrimas.

- ¿Qué.... Qué le pasó en el rostro? - preguntó finalmente la azabache.

Gabriel camina hasta estar más cerca al rostro cubierto de su hijo y lo mira con seriedad.

- Quiero estar solo... - susurra.

Marinette lo mira y sin decir ni una sola palabra más, se sale de la habitación.

Los días pasaban y el padre de Adrien había puesto seguridad en la habitación de su hijo para evitar que alguien entrara. No dejaban entrar a nadie más que a él. Marinette iba a visitarlo todos los días y preguntaba por Adrien a los guardias y a las enfermeras que lo atendían. Esa era la única manera en la que ella podía estar al tanto de la situación.

Una tarde, Marinette recibe una llamada. Adrien había despertado.
Al llegar al hospital, Marinette ve a Gabriel Agreste mirándola fijamente como si la estudiara con la mirada. Nathalie se acerca a ella para darle más detalles sobre Adrien mientras, al fin, entran a su habitación.

Ahí estaba él sentado en la cama mirando al frente con una seriedad y ojos apagados como si estuviera desconectado del mundo. Su rostro, al fin, estaba descubierto, pero estaba completamente irreconocible. Tenía un enorme tajo cocido cubriendole toda la mejilla y el labio partido con pequeños moretones que rodeaban toda su boca.

Marinette se acerca a él y se sienta en la cama.

- ¿cómo te sientes?

Adrien la mira con la misma expresión de ojos completamente muertos.

- ¿Qué tienes?
- Adrien entró en estado de shock al ver su rostro, no ha dicho nada desde que se vio en el espejo.

Marinette se quedó unos segundos mirando a Adrien y le dio un beso en sus labios llenos de heridas que, al contacto con los labios de Marinette, algunas heridas se abrieron empezando a soltar hilos de sangre. Marinette se había asustado por lo que hizo. Natalie saca un pañuelo y limpia las heridas del rubio.

- Lo... Siento... Yo...

El padre de Adrien entra a la habitación sin hacer ruido, Marinette no se había percatado de su presencia.

- Lo siento, en verdad lo siento mucho... - alcanzó a escuchar.

Marinette se fue de la habitación rápidamente.

El padre de Adrien se acerca a su hijo.

- Te lo dije...

Adrien lo mira y rompe su silencio.

- No... Yo te lo dije - tocándose los labios y sonriendo un poco. - Ella se asustó porque me besó y mi labio se rompió...

Gabriel miró los labios de su hijo con un poco de desagrado al verlo todo herido y deforme. Voltea hacia la ventana.

- Empezaremos a buscar la forma de desaparecer esas horribles cicatrices.

- horribles ... - murmura Adrien con tristeza.

Marinette llega al día siguiente con una cara de preocupación. Adrien estaba aun en su cama, pero incorporado y comiendo por si solo por lo que Adrien se pone nervioso al ver a Marinette. 

- Ma.... marinette... ¿Qué.... qué haces aquí?... quiero decir... creí que no... vendrías... Tan temprano.

- Tomé un día libre para... venir aquí... mis padres comprenden que estas grave... bueno... ya no te veo tan grave... - Marinette lo mira sospechosamente.

- Yo... 

- Te escucho - se sienta en la cama.

- Yo... no estaba... del todo... inconsciente cuando...

- ¿Me engañaste?¿Estabas fingiendo? - dice frunciendo ligeramente el ceño.

- No! no... yo... si estaba mal... si estuve en shock... pero... Eso solo fue durante las primeras horas en las que desperté... luego... volví en sí y... vi mi... horrible rostro.

- Adrien... - dice la azabache lamentándose - no eres horrible...

- Eso dices para hacerme sentir mejor.

Ella toma la mano del chico rubio y le sonríe.

- dime... ¿Por qué querría hacerte sentir mejor con base en una mentira? 

- No lo sé... porque eres demasiado gentil para decirme la verdad... 

- Tú eres más que una cara bonita, Adrien. No lo olvides. 

- Eso quiere decir que si estoy horrible, no?
- No!... La belleza es algo que se lleva por dentro... Y solo alguien superficial creería lo contrario. Yo sé que tú no eres alguien superficial.
- Debes pensar que soy una mala persona... -bajando la cabeza- y que al fin me estas empezando a conocer.
- ¿Quieres saber que es lo que pienso?- toma su mentón y lo levanta- Que estas pasando por un momento difícil y no puedes ver más allá del problema.
- Mari... -la abraza- eres la única de aquí que en realidad me comprende. No quiero regresar a casa...
- tienes que hacerlo.
- pero no estarás tú
- iré todos los días.
- No será suficiente.
- Me quedaré a dormir. 
- trato hecho. - sonriendo victoriozo.

Marinette se ríe ligeramente por la "discusión" que acababa de tener con Adrien.

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Unos días más tarde, Adrien había vuelto a casa. 

Adrien entró en la habitación en silla de ruedas y estaba tan nervioso que solo quería decir cualquier cosa para romper el hielo.

- Ya se esta haciendo costumbre esto de dormir juntos, no? - Mirandola picaramente.

Al darse cuenta que lo había dicho muy como Chat Noir cambió su expresión pilla a una más timida.

- Quiero decir... -bajando la cabeza- perdón... Dije una tontería... Estoy nervioso...

Marinette se acerca a él.

- ¿Por qué estas nervioso?
- Es el primer día del resto de mi vida... Con esta apariencia.

Marinette lo abraza. 

- Es el primer día del resto de tu vida aprendiendo a encontrar al verdadero Adrien. ¿Recuerdas lo que me dijiste? Aquella vez que estábamos en el parque y yo estaba avergonzada. 

- Si... que yo había tenido mucha publicidad y tú no. Ahora... con esta apariencia...

- No, que yo veo más en ti, más allá de la apariencia, de el modelo. 

- Entonces?

- Solo tienes que aprender a verlo tú también. 


Siempre a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora