{11} U RÓ B ORO

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— Estaban aquí— Serpiente estaba de nuevo, en frente del cuadro que abría el pasadizo secreto.

Roxana estaba detrás de ella. Era oscuro, de noche, y se habían saltado muchas alarmas para entrar.

— Sí. Lo estaban. ¿Les echamos un vistazo y los intentamos sacar?

— Claro— Serpiente ya estaba quitando el cuadro de la pared.

De nuevo, se descubrió la sala secreta de la ópera donde estaban todos los androides usados y tirados... o deberían.

— ¿Dónde están todos?— Serpiente entró y gritó.

Tras unos segundos de pánico, se giró hacia Roxana y esta la estaba apuntando con un arma de fuego.

— No he dejado de trabajar aquí nunca. Los androides no son bienvenidos, y pretenden que los mezclemos en la sociedad— Roxana soltó una carcajada— Y sé que tú estás siendo buscada.

Serpiente no sabía qué sentir. Traición, confusión o miedo. La mente se le puso en blanco cuando escuchó y sintió las balas dentro de ella. Cayó en sus rodillas y luego completamente en el suelo, empezando a desangrarse. 

***

Se despertó. Tenía la vista borrosa y débil. No sentía casi fuerzas. Roxana había puesto de nuevo el cuadro tapando la única salida, pero Serpiente debía salir de allí.

Se acercó a la salida arrastrándose por el suelo. Le dio un puñetazo a la parte trasera del cuadro y este se rompió. Abrió más el agujero y consiguió salir.

 El cementerio estaba al lado y era de noche, así que decidió esconderse allí hasta que muriese o le encontraran. 

SerpienteWhere stories live. Discover now