El tiempo cada vez acorta más mi vida,
asesina cada segundo de mi existencia,
el reloj minuto a minuto de mí se olvida
y le provoca a mi cráneo: faltas de elocuencia.
El tiempo cada vez acorta más mi viaje,
asesina a cada hora los pocos fragmentos
de oxígeno que acaban en un verde paisaje
donde las flores marchitas mueren con el viento.
¡Oh! Hada del reloj de arena, ¿por qué nacer?
si al final aquel bebé algún día ha de morir...
¿Es verdad aquello que: vamos a renacer?
En serio no entiendo el propósito de existir:
naces, creces, reproduces y dejas de ser
esa persona que todavía quería vivir.
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XIV Sonetos antes de la media noche
General FictionCatorce sonetos para leer antes de la media noche...
