Capítulo 1

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El motor resonaba entre los edificios destruidos que poco a poco se caían a pedazos, el viento arrastraba toda la suciedad entre las calles, colándose alguna parte por las ventanas rotas, puertas abiertas e incluso paredes derribadas por el tiempo y el mal trato. Solo ese sonido evitaba que toda la ciudad se sumiera en un silencio sepulcral. Por las calles transitables, a gran velocidad, la moto Trail ejercía su recorrido, alta, sucia, con restos de pintura anaranjada, sus ruedas mixtas, un poco gastadas por el uso, giraban a toda velocidad, algunas abolladuras se podían notar a simple vista en los costados, pero no eran lo suficientemente graves como para dañar el motor, el cual rugía cada vez que su conductora aumentaba la velocidad. Vestía de aviadora, pantalones y chaqueta de cuero color marrón, la chaqueta contaba con un felpudo detalle en el cuello, los pantalones se encontraban abiertos en la ingle, logrando una forma de huevo entre la chaqueta; bajo el pantalón unas calzas azul marino, y bajo la chaqueta un pabilo verde, todo el conjunto unido por correas que por delante pasaban por su cadera y busto, teniendo en el centro unas hebillas con un logo arrancado, por la espalda las correas se unían brindando firmeza y postura a la espalda de la chica, su cabello largo hasta la cadera, rubio y opaco se enredaba con el viento que chocaba con ella de frente, piel blanquecina llena de heridas recientes y antiguas, manos finas y heridas, sus ojos eran ocultos por unos goggles café que evitaban que toda la suciedad ambiental no dañara su visión, se sujetaban detrás de su cabeza a través de correas ya desgastadas de cuero, no poseía gran altura, pero no era pequeña, delgada, pero no esquelética. Solamente ella circulaba por las desoladas calles de la muerta ciudad, avanzó unos kilómetros y apago el motor, dejando que la moto avanzara con la velocidad que poco a poco perdía, una vez detenida por completo su cabello ondeo con la leve brisa que había, bajó sus goggles al cuello y escuchó, tranquilamente, sus ojos azules carecían de brillo "un mar muerto", observaba todo a su alrededor, observaba al mundo que poco a poco terminaba.

Volvió a encender su moto, y el silencio desapareció de la ciudad con el sonar del motor, rápidamente dejaba atrás una entrada a una carretera, se adentraba por las calles secundarias, disminuyo la velocidad, las calles eran angostas se encontraban llenas de tierra, más que en las principales, el viento se volvía sofocante y aún más cálido que el mismo ambiente, por todos lados habían vidrios rotos, trozos de papeles desteñidos por el tiempo, algunos de campañas políticas, burdeles con chicas desnudas en el frente, basura de comidas rápidas y dulces, y la minoría de panfletos con la frase "Por un mundo mejor"; aquellas campañas que buscaban traer al antiguo mundo devuelta y no lo habían logrado, habían muerto construyendo un falso planetario con sus sueños rotos. Entró por una calle atiborrada de autos, apago el motor y siguió el camino a pie con su moto al lado, no le convenía tomar otro camino, ya que lo único que conseguiría sería devolverse al principio. La tierra sonaba con cada paso como si fuera arena y algunas veces el vidrio sonaba bajo sus pies, un sonido a la lejanía la alertó, paredes y vidrios rompiéndose, impactándose contra el suelo seguidos de un grito agudo desesperado. Corrió, llegó al final del laberinto de autos y tan rápido como pudo encendió el motor, apretó el acelerador y emprendió el rumbo hacía aquel grito que se había perdido en el vacío, pero lo escuchaba, la respiración y el latir del corazón acelerado no podían ser opacados por ninguno de los más fuertes sonidos.

Nueva misión: "Descubre el sonido"

A gran velocidad iba dejando atrás numerosas calles, el ruido provenía del otro lado de la ciudad, aquel que aún no investigaba, cada vez se encontraba más cerca, conducía por una calle paralela a la carretera, a su lado derecho había calles secundarias con grandes edificios comerciales, un gorgoteo se escuchó por sobre el ruido del motor, el ambiente se tornaba poco a poco más sofocante, no tuvo tiempo de preguntarse de dónde venía aquel extraño sonido, en un momento dónde acelero su moto y el motor sonó con más fuerza un rugido se escuchó a dos cuadras de donde se encontraba la rubia, exactamente a dos cuadras un bloque de pared volaba por los aires impactándose con una columna de la elevada carretera, frenó abruptamente causando que derrapara, otro pedazo de edificio impacto con la columna de la carretera, la cual no resistiría un impacto más. Un pensamiento apareció en su mente y si estaba en lo correcto tenía que ser cautelosa. Bajo de su moto con el motor encendido, la dejó a mitad de la calle, a una cuadra de su destino, hacía mucho calor, caminaba cautelosamente, evitando cualquier mínimo ruido, llegó a la esquina y se asomó para investigar.

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