Nuevo

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El nuevo trabajo de Miguel no era lo que esperaba. Papeles por aquí y por allá, todos los días. Atender a proveedores molestos, redactar notas e informes. Realmente extrañaba dibujar.

Aunque no le gustaba lo que hacía,se repetía así mismo que era lo mejor que tenía por el momento y la paga era buena a diferencia de su trabajo como profesor de dibujo. A veces pensaba en volver a dar clases, pero el trabajo de oficina era muy estresante y agotador.

Su formación artística en un ambiente gris como ése hacía que se sienta algo deprimido, a pesar de ser un chico alegre que estaba llegando a los 30 años.

Tenía amigos y familiares que lo felicitaban por haber conseguido un trabajo seguro y serio. Pero dibujar lo llenaba, eso no.

Rescataba cosas positivas a diario,como llegar a fin de mes sin preocupaciones, darse gustos, salir y despilfarrar el dinero era su manera de sentirse mejor.

¿Por qué no hacer lo que se me baje la gana con lo que tengo? Me lo merezco por hacer algo que no me gusta, se convencía.

Otra cosa que le gustaba era salir de la oficina a las 14hs, si bien la mayoría de las veces salía entre 5 y 20 minutos después, se iba aliviado. No tenía que quedarse más y tampoco quería. El único motivo que lo podía retener era el Jefe de Planeamiento, Raúl.

Es de esos tipos que parece que la juventud nunca la perdieron. Cincuentón, alto, cabello negro, con porte elegante pero a la vez con un toque salvaje y sonrisa ganadora. De mentón partido, barba canosa y semi afeitada.

No sabía bien por qué le atraía un hombre así, él siempre había sido un chico activo que prefería los rasgos finos. Se sentía perturbado por esto y no podía evitarlo.

Si bien no compartían la oficina, estaban en el mismo piso y tenían que verse. Era inevitable.

RAGUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora