Capitulo 24- Esperame.

191 9 2
                                    

"Salgamos de la orilla y nademos porque en lo profundo es donde nos damos cuenta por quien vale la pena luchar."
-Daniel García S.

Lencer

Me doy un baño y me coloco la ropa que Margarita me ha traído, Santos ya está preparado y me espera pacientemente. Me encuentro parado frente al gran espejo que está en el baño y miro mi reflejo; he notado que me han salido grandes sacos de ojeras debajo de mis ojos, me analizo y mi mente me hace recordar aquel día cuando la vi por primera vez entrar por la puerta del salón de clases. En ese momento robó toda mi atención sin yo entender el porque. En aquel entonces estaba mal humorado pues, había peleado con mi padre; quería hacer un trato con narcotraficantes mexicanos pero dentro de éste venía incluido que tendría que convivir y hacer relaciones amorosas más allá de lo laboral con la hija del jefe. Me negué rotundamente ya que no me interesaba hacer ningún contacto con mujeres que vengan de la misma raíz y crianza que yo tuve; no quería más suciedad en mi vida. Cuando alcé mis ojos hacia Vánely todo mi alrededor se llenó de luz, fue extraño a decir verdad. Se veía frágil y tonta pero tenía algo que atrapaba mi atención, nunca entendí que.

Vuelvo a recaer en la realidad con un poco de melancolía al saber que todo este tiempo pude sacarla pero no lo hice, me culpo por todo lo que debe estar pasando, soy una mierda. Antes de salir me miro una vez más y su rostro cruza mi mente, dándome la fuerza y valentía que necesito; "Es por ella." Palabras que salen de mis labios y me dan la decisión final de buscarla.

Santos está al borde de la cama perdido en sus pensamientos y cuando se percata de mi presencia me da una sonrisa de lado. Se pone de pie y se aproxima al cuadro de orquídeas que está a un extremo del armario, próximo a éste lo descuelga; detrás de dicho hay una pequeña caja fuerte, introduce un código y ésta emite un sonido dando la señal verde de que es correcta. Se asoma y saca lo suficiente: varios paquetes de billetes y dos armas cargadas.

Cerramos la caja fuerte y hecho esto buscamos rápidamente por donde salir. Las única opción que teníamos era salir por la puerta de la habitación, puerta que vigilaba el guardia asignado por mi padre.

-Joder. ¿Y ahora que?- Digo susurrando-

-No lo se- Dice Santos pasando las manos a su rostro. -Vamos, llamamos al guardia, sacamos el arma, lo apuntamos y lo amarramos dejándolo aquí adentro encerrado.

-Si ¿Y qué hay de el ejército que mi padre tiene en cada esquina de esta casa sin contar los del jardín?

-No lo se ¿Tienes un plan mejor?

Miro con frustración la ventana recordando que está sellada. Sin darme cuenta noto que hay unos túneles que dan dirección al techo de la casa.

-Hey, Santos.-Digo susurrando.

No se ha percatado de mi llamado porque se ha pegado a la puerta dispuesto a ejecutar su grandioso plan, nótese el sarcasmo.

-¡Hey cabrón!-Por fin me mira pero con cara de desprecio- mira aquí, vamos.

-No creo que yo pueda caber.

-Marica, cabes. Luego hablaremos de tú dieta pero entra aún te quedes luego atorado.

-Vale, vale ya va.

Pasamos por todo un túnel que se encontraba en el interior de la casa sin saber donde hay una salida. El camino me ha parecido gracioso ya que cada cierto tiempo Santos se quedaba atorado y tenía que acostarse y arrastrarse para poder avanzar, tanto que le dije que comer tantas donas no le hacían bien; ahí está, Lencer siempre tiene la razón. Luego de incontables minutos de gatear y en el caso de Santos arrastrarse vimos una claridad a lo lejos que claramente nos anunció la salida.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 22, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Vantú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora