Amanecer y Serafines

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Y despertó; el claro iluminar de la ciudad y el suave resplandor que entraba a cada una de las habitaciones y edificaciones de la Ciudad de Plata, le hizó despertar

Se incorporó y restregandose la cara para quitar los vestigios del descanso y fue a prepararse para un nuevo amanecer y un día muy especial

Ese día el Padre declararia a los primeros Serafines y festejarian aquella noticia como se debia, por ello habia estado preparando una muy agradable tonada para la orquesta celestial, que celebraría el inicio de una nueva jerarquia y quizá la más cercana a los Creadores

Salio rumbo al gran salón donde estaban los ángeles, virtudes y potestades que interpretarían su nueva obra, la cual tendrían que practicar un par de veces para el debut. Aunque fuesen pocos, interpretaban muy bien las melodías.

— ¡Buen amanecer hermanos! ¡Hoy traje una nueva sinfonía, espero les agrade e interpretemos con agrado para celebrar la ascensión de nuestros hermanos, los nuevos Serafines!

Se escuchó una algarabía ante su discurso; repartió su obra con sus hermanos y les dirigió para ensayar
______ Más tarde ______
Ya todos se encontraban frente a Los creadores, con sus jerarquías y generaciones; anhelantes de saber a quienes mostrar un mayor respeto por su nueva posición: Todos y cada uno teniendo un obsequio para los creadores y para los nuevos Serafines

El joven ángel de la Luz llegaba a su lugar, descendiendo cautelosamente a un costado de los demás Ángeles del Arca, junto a su hermano Asael quien tenia en sus manos unos pergaminos dorados; el obsequio que daria a sus Padres; le dirigió una mirada curiosa; respondiendo a esta con una sonrisa y una sutil risa en modo de disculpa

—¿No se suponía que empezarían con una melodía en el costado de Padre y Madre, Samael? — Preguntó Asael, con duda en su mirada y una pizca de curiosidad

— Celebraremos la noticia, al igual que la anunciaremos, pero en esta ocasión preparé una entrada especial — Señalo el menor, dejando observar a su hermano como solo los que poseían instrumentos de gran valor celestial y dominio, estaban en el costado a donde los tronos sostenían altiva y orgullosamente los estrados de los Creadores

—Siempre nos sorprendes Sam~ — Exclamó contento el mayor, revolviendo la cabellera de Samael en un acto de cariño sabiendo cuanto adoraba ese gesto su hermano

—¡Solo lo mejor! jaja — Le gustaba cuando sus hermanos mayores le premiaban algo así, pues era parte de su esencia y le hacia feliz su reconocimiento, tenia en sus manos una batuta de marmoleo, que siempre solia atesorar, su trabajo más preciado ofreceria como regalo al igual que la melodía

— ¡Hey ustedes dos! ¡Dejen de jugar y saluden, ya han llegado! — les llamó Tamiel, quien asistía con una criatura peluda en brazos

— ¿Y eso que es, Tamiel? — Preguntó el más curioso de todos, acercándose sin temor a aquella criatura que le observaba con la misma curiosidad en su mirada

—Es solo una nueva criatura Sam, la daré como ofrenda a nuestros Padres, pero aún no encuentro un nombre para esté, quizá ellos escojan

— No se porque... pero parece un Lobo — declaró el menor, acariciando el pequeño ser

—Me gusta — Apoyo Asael con una sonrisa, acercándose a la criatura más cauteloso

—A mi tambien, pero no se si a ell....— Tamiel no pudo terminar ante un gran sonido. Un gran estruendo anunciaba la llegada de los grandes reyes ocasionando que todos rindieran una reverencia a su llegada, bajando las cabezas en señal de respeto y adoración

— Me gusta él nombre hijos mios, tienes un buen gusto Samael... — Declaró el Gran Padre antes de mirar a todos su seres celestiales y exponer con una sonrisa Los tres hermanos se sonrieron mutuamente, observandose de reojo aún haciendo reverencia, hasta que sus padres estuviesen en sus tronos Levantaron la mirada, observando a sus creadores; todos gustosos de su presencia. Eran pocos ángeles creados, pero aún así amaban a sus creadores por sobre su existencia misma. Los Arcangeles, los primeros 6 hijos; observaban desde los costados y resguardaban a los menores dandoles seguridad — Hoy me complace darles una gran noticia — Declaro fuerte y animadamente el Creador, sosteniendo la mano de su esposa y observando a sus hijos dichoso — Akibeel, Asael.. y Samael, vengan enfrente; conmigo y su madre. 

 Los Arcángeles se mostraron notablemente sorprendidos, ya que no pensaron que ellos serian quienes estarian subiendo frente a todos. Dejaron sus respectivos obsequios en las manos de sus hermanos; Akibeel dejando una caja de cristal con orbes de diferentes colores en las manos de su hermano Amenadiel, agradeciendo su ayuda. Se acercaron con sus ropas de gala y se inclinaron ante sus asientos 

 — Ustedes hijos mios, serán los primeros Serafines de la creación... se encargaran de cuidar, guiar y proteger a varios s no es que a todos sus hermanos y también me ayudarán a escoger a otros más para ser adeptos de este importante nivel — su madre hablo cariñosamente a ellos y luego se dirigió a los demás — no por esto, significa que sean inferiores, solo indica a quienes tendrán que ver como ejemplos a seguir, deben luchar siempre para ser mejores hijos míos — Como ha dicho su madre, superen las expectativas de sus guías.. puede que el proximo Serafín esté entre ustedes — dirigio su vista a sus 3 Arcángeles y levanto su diestra, haciendo que sus alas se extendieron y tornase en un brillo aún más blanco y resplandeciente, podrian observarse como si tuviesen 3 pares de alas, el ahora distintivo de su jerarquía 

 — Cada uno de los Serafines buscara y aceptara en sus ordenes a Ángeles, Arcángeles, Tronos, Virtudes y Potestades, a los cuales se encargara de guiar para ser los próximos Serafines 

El joven ahora Serafin, observo sus alas vislumbrando ahora 6 en vez de solo 2 al igual que sus hermanos — Con esto doy por terminado el anuncio, que siga el regoci... — interrumpió su palabra al escuchar la voz tenues de su Lucero del Alba — Dime hijo mio... 

 — Padre... — interrumpió orando por no haber molestado al creador al osarse interrumpirlo — te pido que me devuelvas a tener solo 2 alas... cumpliré el labor que has cargado sobre mi asi como con mis hermanos; pero no quisiera parecer superior a ellos solo por el hecho de tener más alas

Algunos empezaban a preguntarse el porqué de sus palabras y otros lo admiraban aún más, su sinceridad; honestidad y humildad eran dignas de su ahora nuevo orden

— Hijo mio, estas alas estarán en ti solo cuando las necesites; si es que tu lo deseas serán solo 2 — Le gustaba la forma de ser de su Lucero del alba al igual que a sus hermanos por lo visto — al igual que ustedes hijos míos 

 — Se lo agradecemos Padre ... — declararon gustosos el Guardian de la Biblioteca y el de la Magia y Alquimia — En este momento se concluye y que siga el regocijo! 

Samael aplaudió,dando la señal a sus integrantes de la orquesta celestial los cuales entraban tocando una melodiosa pieza; nunca antes escuchada.

Para cerrar la ceremonia se dirigió a la parte central y entonó junto a algunos más un cantico de adoracion La fiesta acabó y había una nueva y poderosa Jerarquía, los Serafines. Varios querían ser sus pupilos, aprendices y discípulos, de ahi que los detuviesen al final del regocijo 

 — Los felicitamos — declararon los 3 restantes de los primeros 6 hijos — Y esperamos estar a la orden de alguno de ustedes para seguir aprendiendo Hermanos 

Lucifer: La historia jamás contada del Arcángel SamaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora