La des-creación y el "Segundo hijo"

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Samael había pasado su tiempo, aprendiendo mas allá de sus límites; ávido de saber; conocer y descubrir. Su curiosidad innata y su habilidad para asimilar con rapidez.

Actitudes aclamadas por sus propios "discípulos" y por sus hermanos también; fue esto donde empezó a llamar la atención

El Joven Serafín habia sido llamado al salón donde sus padres les daban sus diligencias, a horas tan altas que ningun otro ser hubiese estado trabajando en la ciudad de Plata.

Los primeros hijos a excepcion del primero de ellos, fueron llegando, batiendo sus 3 pares de alas 3 de ellos que eran Serafines, mientras que los demás solo poseian 2 pares por su rango de Arcángeles— ¿Ha sucedido algo que necesite de nuestro apoyo,Padres? — Pregunto Samsavel,el mayor de los ahi presentes; hablando por él y sus hermanos— ¡¡CALLAD!! — La voz del creador, resonó por el recinto, haciendo que todos por acto reflejo bajaran la cabeza y se hincaran ante sus padres,o casi todos. Uno de ellos,el menor de los ahi presentes, permanecia de pie; observando curioso el nuevo sentir de su Padre a pesar de la mirada de su Madre que le pedia imitar a sus hermanos; más no la captóDio un par de pasos adelante, observando detalladamente el rostro del creador, hasta susurrar con su voz tranquila


— ¿Que ha logrado este nuevo sentir, que aflige a tu corazón, Padre? ¿Puedo hacer algo para ayudarte?. ¡He aprendido muchas cosas de mis hermanos!, ¡Quizá podrían ser de gran ayuda, si enseñamos a los demás!

Preguntó ansioso el joven Samael, cuyo cabello era largo y llegaba sus hombros, sus orbes oscuros brillaban en deleite por saber si podría ser util a la voluntad del Padre,más las palabras del Creador, borraron aquella sonrisa de su rostro por primera vez.

— De eso mismo he de hablar... no está permitido que aprendan los dones de los demás...— respondió el Padre de todo al ver a sus hijos de forma severa — Es un sacrilegio!! No pueden existir 2 o más seres que controlen un mismo don!! Cada uno tiene razón de ser!!

Ninguno entendio muy bien esa palabra, pero pensaban que era como desobedecerlo, por lo cual asintieron a excepcion del menor

— Solo le enseñamos a Samael, porque es muy curioso Padre — intercedió Asael, levantando muy levemente su cabeza al creador, intentando que les absolviera o que por lo menos el menor no fuese castigado, no debian admitirlo pero Les agradaba mucho que esté le ayudará con lo que habia aprendido de ellos en tan corto tiempo

— Asi es.. y nos ayuda cuando es necesario... no hace uso de ello en otro momento Padre — intentó razonar Tamiel


— He dicho SILENCIO!! — Gritó una vez más su Padre — Esto fue desobediencia hijos mios y un acto así de ustedes nunca lo esperé

— Lo lamento Padre.. fui yo quien les pidio me enseñasen, debo ser quien sea castigado — Pidio Samael, hincandose en su lugara su Creador y agachando su mirada


— No Samael... la desobediencia fue de ellos y ellos pagaran por ello,,, a ti quedará la advertencia de usar nuevamente esa curiosidad y deberas pagar penitencia — sentencio su creador, haciendo que todos levantaran sus cabezas en confusión

Los mayores iban a declarar que aceptaban el castigo, más de sus bocas no pudo salir má que un lamento y de sus cuerpos un brillo que llamó la atención del menor, que observaba aquello con una emoción que no supo describir

Despues del resplandor no hubo nada, ni una pluma ni sus ropas o siquiera los signos que les describian, el vacio se encontró donde antes estuvieron sus hermanos

El joven y temeroso Samael, se levantó para intentar buscar a sus hermanos, siendo detenido por la voz de su creador


— El ser des-creados. Ese fue su castigo Samael...y una advertencia para ti de lo que puede ocurrir... una penitencia para redimirte será ocupar el puesto de tus Serafines... más no comentarás nada a los demás, que de ser asi, alguien más podria terminar igual — amenazo el Padre Bondadoso que creia aún Samael

Asintio sin saber muy bien como proseguir, dio una reverencia y fue a sus habitaciones, percatandose que nada de las "pertenencias" de sus hermanos existia, era como si se hubiesen desvanecido, estaba en shock. Al "Día" siguiente no quizó levantarse, más Miguel le desperto y obligo a salir diciendo:


— Deja de dormir Samael.. como segundo hijo de la creación debes de dar un ejemplo!, ve a cumplir tus diligencias; te veré más tarde en el campo — el de tez oscura se retiró, dejandolo solo

— S-segundo?....— Ahi fue cuando cayó en cuenta que sus hermanos dejaron de existir, tal y como algunas de las creaciones de su Padre en la Tierra, que salieron defectuosas; se prometió a si mismo callar, pero un sentimiento que no supo reconocer nació en su interior aquel día. Ni una sola lágrima fue derramada por él, no aún.

Lucifer: La historia jamás contada del Arcángel SamaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora