Rayita es rara.

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Horas después, estaba realmente cansada, había sido una tarde agotadora y eso que yo no había hecho nada.

Sólo planchar y planchar.

Mire el reloj y eran las 21:30.

Mi estómago rugía, parecía un León.

Me podrían haber contratado para el videoclip de Katy Perry, más conocido como: 'Roar'.

Fui hacia la cocina y allí me encontré a todos a punto de cenar, me enfade y empece a gritarlos.

-Por que no me habéis avisado? Sabéis que odio que empecéis sin mi! -exclamé enfadada-

-Que tal Ashley? Veo qué han sido unos buenos días para ti también -me saludo mi papa, fui hacia el y le di un beso en la mejilla, luego me acomode en mi silla, en frente de Camerón.

-Pero si le he dicho a Matthew que te avise, porque la cena estaba lista! -respondió mi madre-

-No mama, a mi no -hablo con su dulce voz de niño de 5 años, negando con la cabeza-

-Me lo has dicho a mi, mama... -respondió Cam, cansado-

-Me vais a volver loca, un día de estos! -exclamo mi madre, colocando la parte correspondiente de pasta en cada uno de los recipientes-

-Callaros, es la hora de cenar -alarmo mi padre, callandonos a todos por completo-

Lo que dice mi padre, va a misa.

Para qué os hagáis una idea, la mesa es rectangular, hay 6 sillas, en uno de los extremos se sienta mi padre, el otro siempre permanece vacío, yo me siento al lado de mi padre y en mi otro lado está Mat, en frente mío esta Cam y al lado de Cam y en frente de Mat, esta mama, el sitio que está en frente de papa, corresponde al sitio vacío en el que no se sienta nadie.

La cena transcurrió verdaderamente larga, mi padre y Cameron hablaban de temas de universidad, porque pronto Cam tendría que ir a una.

Mientras tanto, mi madre hacia planes con Matt.

Claro, como es su niño pequeño y tiene todo el tiempo del mundo libre porque va al colegio a dormir, jugar y comer.

Y no les mandan tarea, al igual que Rayita.

Estaban haciendo planes para ir al cine o al parque de atracciones.

A mi la verdad no me molesta, no me gusta ir a sitios públicos y menos con mi familia, no es que me avergüence de ellos, pero simplemente no me gusta.

Arrastré la silla hacia atrás, lo que hizo que sonase un chirrido asqueroso que me rompió los oídos e hizo que todos mis acompañantes en la mesa, pusiesen cara de haber matado a alguien.

Cogí mi plato y me dispuse a levantarme de la mesa para dejarlo en la pila, pero fui interrumpida por la estresante voz de mi madre.

-Ashley, no has comido nada, siéntate y no quiero que te levantes hasta que no te comas todo lo que hay en el plato- suspire pesadamente.

De verdad que hay veces que me gustaría ser Rayita, la mayoría de veces no tiene que soportar a una madre tan pensada como la mía.

Yo la quiero mucho, pero a veces llega a ser extremadamente pesada y especialmente conmigo.

-Mama, no me apetece, me encuentro mal -hice un puchero y puse mi mejor Cara de enferma.

Mis clases de teatro, años atrás iban a servir para algo en...

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-Cariño, que te pasa? Te duele la cabeza? La barriga? Tienes la regla? Que has comido en el instituto? -dijo preocupada.

¡No soy como Rayita!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora