Hace muchos, muchísimos años, hubo un rey sumamente caprichoso y cruel, a quien le complacía reunir a menudo a sus vasallos para someterlos a pruebas de ingenio. ¡Ay de aquel que no diera la respuesta acertada! La pena más leve no era menor a cien azotes.
Cierta vez apareció en el reino un juglar muy listo y de gran habilidad. Sin perdida de tiempo, el monarca lo mando llamar y le dijo:
-Has osado entrar sin permiso en mis dominios, razón por la cual te enviare a la horca. Soló te libraras se la muerte si logras resolver estos tres acertijos.
El pobre juglar asintió, encomendándose a dios a Dios.
Entonces el soberano formuló el primer acertijo:
-A ver, dime, ¿Cuanto valgo yo?
-Señor -Contesto el juglar-, Vuestra majestad vale veintinueve dineros, pues a Jesucristo lo vendieron por treinta.
-¡Muy bien! -exclamo el rey-. Ahora contesta lo siguiente: ¿Cuantos años, meses y días se tardaría alguien en dar la vuelta al mundo.
-Aquel que pueda montar en el carro del sol, se tardara un día entero, ni mas ni menos.
-¿Cuantas estrellas hay en el cielo?
Alo que el juglar respondió:
-Las que su majestad puede ver con sus reales ojos, esto es, cien millones. Y si no lo quiere creer, en este mismo momento puede empezar a contarlas.
Su Augusta majestad río a grandes carcajadas, que fueron coreadas por toda la asamblea de cortesanos y, de este modo, aquel juglar tan listo y de gran habilidad quedo en libertad.
ESTÁS LEYENDO
ALGUNOS ACERTIJOS, ADIVINANZAS, COLMOS Y TANTANES
Phi Hư CấuLibro para la diversión, entretenimiento y felicidad con amigos