Un parque de atracciones.

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Llego la hora, aun que me demoré años, volveré aquí sano y salvo con Kuro, ya estoy listo. Sin duda esta seria una aventura que no olvidaría, entraría en lo mas profundo de Kuro y vería cosas que solo el y yo podemos ver, eso realmente me hace sentir especial, es como si nuestro lazo jamas se fuera a romper y así sera hasta que yo muera.

Intente hacer lo mismo que había hecho antes cuando entre por primera vez a ese lugar, lo mas seguro es que sea el mismo, pero ¿como llegue ahí? ¿Fue por mi? Estaba realmente preocupado, pero aun lo estoy.

Tome la muñeca de Kuro y cerré mis ojos con fuerza. Quiero entrar...Quiero entrar, decía repetitiva mente dentro de mi cabeza.

-¿Por que es tan complicado...? -Susurré para mi mismo con la cabeza baja y de rodillas. Otra vez la situación estaba Podiendo conmigo pero no iba a llorar, no derramaría lágrimas por mi, ya que esas no valdrían nada, si voy a llorar lo haré por un amigo, lo haré por Kuro.

Entrelacen mis dedos con los de Kuro y tomando su otra mano la coloque en mi mejilla, cerra los ojos para sentir mejor su tacto frío era mas que suficiente para calmar mi corazón pero al abrir mis ojos vi el espacio, estaba dentro.

Me puse de pie y comencé a caminar hacia una puerta que brillaba a tal punto de dejarme ciego. Al llegar a ella pude ver un parque de diversiones lleno de increíble y diversas atracciones, La rueda de la fortuna, montaña rusa, puestos de comida, prácticamente había de todo, como un sueño de un niño pequeño.

En todas estas atracciones los que los utilizaban eran gatos iguales, no como el Garito tierno que se la pasa durmiendo en mi repisa, si no como aquel gato que me dio el arma.

En todas estas atracciones los que los utilizaban eran gatos iguales, no como el Garito tierno que se la pasa durmiendo en mi repisa, si no como aquel gato que me dio el arma

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Uno de los pequeños me miro y nuestras miradas se encontraron. Su mirada sin vida penetraba en mi alma.

El gato se acerco en un pestañas, como si se hubiera tele-transportado, sin cambiar su mirada, sin dejar de mirarme a los  ojos. Como si en ese parque solo estuviéramos el y yo.

-¿Q-que quieres? -Dije asustado y algo nervioso.

-Mahiru... -Escuchaba su voz resonando en mi cabeza -Mahiru...-Tape mis oídos y cerré mis ojos fuertemente, haber si de esa forma podían silenciarlo -¡Mahiruuu!.

Sentí una una presión en mi pierna junto con unas clavadas que no eran dolorosas.

Abrí los ojos y lo primero que vi fue al gato escalofriante frotarse contra mi pierna de una forma cariñosa.

-Mahiru...de verdad eres tu -Hablo sin parar de frotarse en mi pierna, con un sonrojo y sus orejas caídas -Eres muy lindo -me sorprendí y lo mire con pena. ¿Yo? ¿Lindo? No lo creo.

-Oye, ¿sabes donde esta Kuro? -agite mi pierna en el aire para que se soltara, pero no se soltó.

-Yo soy Kuro -La expresión de sus ojos se torno alegre.

Mi Complementó (KuroMahi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora