Una triste despedida

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(Narrador)

Marik yacía moribundo sobre la cama, su cuello aún sangaba y su respiración era pesada.

Bakura lo miraba horrorizado

-No puede ser... ¿Qué he hecho?-

Mientras se lamentaba, lágrimas casi imperceptibles bajaban por sus mejillas

-¿Qué he hecho? ¡Maldita sea!-

Y entonces, una idea cruzó por su mente

-No, no puedo hacerlo-

Se dijo a sí mismo

-Pero... es la única forma-

Él lo miró con tristeza

-Lo lamento, pero es la única forma en que puedo salvarte-

Tras decir eso, hizo un corte en su mano, dejando así fluir la sangre sobre la boca de Marik.

Este abrió los ojos en cuanto sintió el líquido deslizándose por su garganta. Sus ojos se tornaron rojos por un instante y apretó los puños con fuerza. Se estremeció y su cuerpo comenzó a sacudirse bruscamente.

El conde tomó su mano, sabía lo mucho que se sufría en una transformación. Pero no podía lamentarse, de no haberlo hecho, ahora Marik estaría muerto.

-Resiste, resiste por favor-

Le repetía una y otra vez.

En ese momento se escuchó un fuerte ruido en la puerta del castillo, y aunque no quería hacerlo, Bakura salió de la habitación y fue a ver de donde había provenido ese inesperado sonido

-Nadie se atreve a acercarse ¿Qué habrá sido eso?-

Pensaba mientras cerraba la puerta.

Marik abrió los ojos lentamente, esperando ver al conde a su lado. Pero a quien encontró no fue a Bakura, sino a las diabólicas hermanas. Al verlas se asustó, sin embargo su cuerpo no respondía, no podía moverse, ni siquiera hablar

-Parece que por fin decidió hacerlo-

-Sí, nuestro plan funcionó-

Decían, sin dejar de verlo

-¿Q-qué van a... h-hacer-me?-

Preguntó Marik forzando su voz

-Espera un poco-

Le dijo la rubia, colocando una mano sobre su rostro

-Lo sabrás cuando se acerque el amanecer-

Y tras decir eso, nuevamente desaparecieron, dejándolo solo y desconcertado

-¿Que habrán querido decir con eso?-

Se preguntaba

-Parece que no era nada-

Dijo Bakura entrando a la habitación

-¿B-Bakura?-

-¿Te encuentras bien?-

Preguntó preocupado al notar lo pálido que se veía. Marik sólo asintió y miró hacia la ventana

-¿Q-que...?-

Trataba de decir, pero su voz se rehusaba a salir

-¿Que fue lo que me hiciste?-

Dijo al fin, asustando a Bakura

-Y-yo...-

Por primera vez, el conde se veía realmente nervioso

-Quería salvarte, tenía que hacerlo-

El Conde BakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora