Un sábado por la tarde, se fue la luz en todo el vecindario. Haciendo que éste quedara completamente a oscuras, traté de no entrar en pánico ya que le había agarrado un gran miedo a la oscuridad. No quería que algo se me apareciera justo ahora. No tenía a donde ir; no tenía escapatoria alguna.
Tratando de calmarme un poco me dirigí a la cocina en busca de algunas velas para iluminar la casa con la esperanza de que la luz volviera pronto. A mi móvil solo le quedaba un 20% de batería y me maldije por no haberlo puesto a cargar antes. Así que para ahorrar esa poca energía evité su uso.
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La noche a oscuras no fue lo que esperaba, pensaba que el niño aterrador haría su aparición, y para mi suerte, no lo hizo.
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Pocos días después volví a despertarme de manera brusca preguntando dentro de mí cuándo sería el día en que todo esto se acabaría, a pesar de ya estar acostumbrada a las sensaciones de pánico justo antes de que pase algo, sentía que iba a acabar en un psiquiátrico si esto no terminaba, he tenido varias noches soñando con aquel niño.
En esos sueños estoy acostada en mi cama, totalmente inmóvil, indefensa y vulnerable; grito pidiendo ayuda pero eso es inútil. Vivo sola, nadie puede ayudarme. Esa no es la peor parte. Lo que más me asusta es aquel niño de aspecto aterrador, pegado a la pared un rincón muy cerca del techo. Traté de convencer a mi mente de que era solo un sueño, de que él no era real. Pero mientras más lo hacía, las acciones que efectuaba el espectro me demostraban lo contrario.
Lo siguiente en suceder era que bajaba de la pared tal como lo hacen las arañas, su cuerpo arqueado como el de un perro me causaban sensaciones extrañas, desesperación era lo que sentía al ver que poco a poco, con su distorsionada expresión, se acercaba a mí con intenciones oscuras, con deseos de causarme dolor. Es algo similar al caso mayormente conocido como "Querido David", el niño que yo veía era muy similar a éste. Pero eran casos completamente distintos, yo no lo conocí debido a un sueño. En cambio, él fue el que hizo su primera aparición en mi habitación.
Luego de bajar de la pared, caminaba hacia mí con extremada rapidez posando sobre mi cuerpo como si le perteneciera, poniendo sus manos sobre mi cuello, asfixiándome, con la intención de matarme, y ahí despierto, desubicada, atontada y completamente aterrada. Esta situación me tiene realmente cansada.