4to día

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Él es Xumi, mi gato Angora Turco, tan solo tiene 1 años y es muy hiperactivo. Además, se acomodó muy bien en mi casa, anda de un lado para otro y es muy curioso. Con la llegada de Xumi a mi casa, evitará que me sienta sola. Y tendré quién me cuide. Acá les dejo una foto de él. La resolución de la imagen no es muy buena porque mi celular se está dañando. Y tengo que comenzar a reunir para poder comprarme otro.

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(...)

Con el paso de las semanas el niño no volvió a mostrarse, no dio señales de vida. Y eso me hizo sentirme relajada. No me preocupé más por eso. Me dije que quizá todo esto del "niño fantasma" era producto de mi imaginación.

Fue así hasta que noté un comportamiento extraño en Xumi. Un día llegando del trabajo me lo encontré encerrado en mi habitación mirando fijamente un rincón de ésta, justo al lado de la puerta del armario. Encendí todas las luces y revisé cada parte de la habitación y nada. No sé que era lo que tanto miraba. Y esa conducta se mantuvo durante varios días. La vista de los humanos es algo limitada, y había algo fuera de mi campo visual que yo no veía pero que Xumi si lograba ver. Me dije que tal vez era una partícula de polvo o un pequeño insecto el cual llamó su atención y no le dí mucha importancia a eso. 

(...)

Volví a despertarme de madrugada como siempre. Me dije que volvería a ver otra cosa, y yo que pensé que el niño había desaparecido. Pero para mi sorpresa solo me encontré al gato mirando la pared como hace unos días, su pelaje blanco estaba erizado y emitía el sonido de un maullido escalofriante. Traté de llamarlo pero me ignoró. Le lancé una almohada y solo volteó a verme para luego volver a fijarse en la pared.

Cansada de la situación me levanté de la cama con la esperanza de sacar a Xumi de la habitación. Al hacerlo me devolví y me recosté de vuelta en el cómodo y cálido colchón.

Al cabo de unos minutos escuché golpes provenientes del piso de abajo, eran golpes. Golpes algo fuertes. Luego escuché el maullido desesperado de Xumi, escuchaba como su quejido poco a poco se ahogaba quedándose así en completo silencio. De inmediato bajé a ver que pasaba encendiendo las luces de toda la casa y Xumi no estaba en ningún lado. Busqué en cada habitación y nada. Pensé en que quizá ha salido por la pequeña puerta para gato ubicada en la puerta principal, pero era muy tarde para que lo hiciera. 

Abrí la puerta principal y la oscuridad de las calles hizo que entrara en pánico, llamé desesperadamente a Xumi y sin respuesta alguna fui a dormir de vuelta. Quizá aparecería al siguiente día.

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