Noticing a Hufflepuff

Pesadillas

Se sentía ansiosa. Su pecho estaba frío y constantemente rozando contra algo, una sensación viscosa la envolvía, un estado permanente de alerta. Era un lugar oscuro, un pasillo por su longitud, quería llegar al final, pero había algo allí que no esperaba, era un hombre, pelirrojo. Sentía como se erguía sobre su propio cuerpo, como si su columna fuese muchísimo más larga, abría la boca, sacaba los dientes y atacaba.

De repente Anthea despertó, la sensación había sido tan real, pero tenía la experiencia suficiente para saber qué aquél sueño no había sido suyo, sino que lo había extraído de la mente de otra persona. Recién despierta, y con pocos horas de sueño sobre su espalda, pues sólo hacia 3 horas que había bajado del techo con George, el cerebro no le funcionaba demasiado.

-George -pensó con una sonrisa

Al instante su mente ató cabos, conocía a aquel hombre, era el padre de George, el señor Weasley, Arthur. Un sentimiento de angustia le golpeó con fuerza, incluso se encogió sobre su estómago, como si el golpe hubiera sido real. Lo supo, supo que aquello no había sido una pesadilla de cualquiera bajo aquel techo aquella noche, las pesadillas no se sentían tan reales... y sólo había una persona que tuviera la capacidad de ver.

Saltó de la cama tan rápido que casi se cayó, pero no le importó, corrió al lado de Ginny y la sacudió con fuerza, gritando su nombre hasta que despertó, entonces la envió a comprobar que su padre se encontraba en la casa, y si no era así, despertar a todo el mundo. Ginny vio tanto pánico en la voz de Anthea que no dudó un segundo en obedecer.
La peliplateada salió del dormitorio y se movió rápida al cuarto de Ron, cuando abrió la puerta se encontró al pelirrojo al lado del cuerpo de Harry, que estaba en el suelo, agitándose, mientras Ron trataba de despertarlo.

-¡Anty, no despierta!

Anthea corrió hacia el menor, Ron se apartó enseguida para darle espacio, la chica tomó al joven en brazos y lo agitó, pero no pasó nada, estaba en trance, y era demasiado profundo, por lo que sólo había una forma de despertarlo. Necesitaba un fogonazo eso es todo, no hacía falta generar una visión completa, ni siquiera entrar del todo en su mente, sólo interrumpirlo por unos instantes; Anthea cerró los ojos y se concentró, tratando de captar de nuevo las visión de Harry, su mente, estaba en aquel pasillo, atacando al señor Weasley, Anthea dejó que el primer pensamiento que cruzara su mente interrumpiera aquella visión... fue la lluvia de estrellas. Harry abrió los ojos de golpe con un grito de dolor mientras tocaba su cicatriz.

-¡Arthur, el señor Weasley...!
-Lo sé, Harry, lo sé, tranquilo

El menor miró a la chica, y sabiendo de su don gracias a los gemelos, asintió al saber que no tenía que contarle nada, y se dejó llevar, rompiendo a llorar y abrazándose a ella con fuerza. La puerta de Ron se abrió de golpe mostrando a Bill en su pijama, seguido de Charlie y Ginny, que entraron a tropel.

-¡Bill, necesito que avises a alguien, quien sea, que pueda plantarse ahora mismo en el Ministerio, en el Departamento de Misterios!
-¿Qué?¿Por qué?
-Tiene que buscar a tu padre, ¡ya!

Cómo si aquellas palabras hubieran tomado un significado en la cabeza del hijo mayor, Bill salió corriendo de la habitación.

-Charlie, coge el coche que ha alquilado tu hermano, ponlo en marcha y lleva a tu madre a San Mungo lo más rápido que puedas
-¿Pero....
-Solo haz lo que dice, Charlie -le ordenó Bill desde abajo

Ginny miraba a todos con pánico sin entender nada, pues aunque conocía la existencia de la Orden, no sabía nada sobre la misión de aquella noche, la cual había hechos que su padre se marchase al Ministerio cuando todos estaban dormidos. Molly entró entonces a la habitación discutiendo con los gemelos, Ginny había despertado a ambos los primeros pensando que sería más rápido, los chicos trataban de convencer a su madre de que era algo importante aunque ni ellos supieran qué estaba pasando.