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- me alegra que salgas con alguien decente, ahora me voy si no, no llegaré a tiempo - louis depositó un beso en mi mejilla y le dio la mano a Sebastián , una vez que lo vi salir del edificio empujé a mi "querido novio" y lo miré furiosa, lo peor del caso es que su sonrisa se ensanchó, como lo quiero ahorcar, ¿Cómo se atreve?

-eres un idiota, te detesto, ojalá a tu querida Rosy se le ponche una llanta y... y....- ahora del coraje me quedé trabada, Sebastián se acercó a mí y me tomó el rostro con ambas manos haciéndome callar.

-es Rose, y si no te importa me gustaría que me prestaras tu baño- podría o mejor aún podría no hacerlo, así a Sebastián se le revienta la vejiga.

-pasa, solo cinco minutos- ambos subimos al ascensor, el departamento estaba en el piso 5, no era tanto, me gustaban más las escaleras porque esta cosa hacía un ruido espantoso al subir y al bajar, pero hoy no tenía ganas de seguir caminando, una vez en mi departamento le mostré a Sebastian el baño y lo dejé ahí mientras me iba a servir un vaso con agua.

-todo está muy limpio, ¿Quién es la ordenada, tú o Alexa?- me encantaría decir que yo pero soy la persona más desordenada del mundo, a veces creo que debí ser chico y no chica, soy asquerosa.
-Alexa, el único lugar desordenado con olor a basurero es mi habitación- tal vez exageré, pero me gustaba exagerar así que no me moleste en decir que era broma, Sebastián sonrió y se sentó en el sofá, no es por ser grosera o que me incomodara su presencia, pero de alguna forma me extrañaba demasiado que quisiera pasar tiempo conmigo.

-yo soy muy ordenado, ¿te ayudo a ordenar si quieres?- tomar nota mental: primer chico en la faz de la tierra que pide entrar a la habitación de su novia para limpiar su desorden. Otra nota mental: Sebastian no es tu novio.

-¿lo dices enserio?- Sebastian asintió.

-bien... ven entonces- caminó detrás de mí por el pequeño pasillo, abrí la puerta de mi habitación y Sebastián miró cada cosa con detenimiento.

-no está tan mal, pensé que una avalancha de ropa me aplastaría- se sentó en mi cama y se le quedó viendo a mi colección de películas, como amante del cine me gustaba tenerlas aunque no tuviera el tiempo de verlas, irónicamente.

-es que no has visto debajo de mi cama, creo que ahí debajo está la entrada a Narnia- escuchar la risa de Sebastián tan espontánea y relajada me hacía querer tirarme por la ventana, desearía poder grabarlo mientras ríe y reproducir el video una y otra vez, serían los minutos mejores gastados de mi tiempo.

¿Qué me dices de todos estos papeles?- ambos miramos a mi pobre escritorio, era como el cesto de basura, tenía más papeles ahí de los que contienen los archiveros de la escuela, Sebastián tomó unos cuantos libros y los puso en la cama, después fue viendo las hojas.

-no lo sé, se han ido acumulando y me da flojera ordenarlos ahora- Sebastián había podido hacer en unos minutos lo que yo no pude en tres meses, ahora mi escritorio volvía a la normalidad, se notaba que tenía una máquina de escribir, una laptop y mi ipod.

-esto ya quedó, en realidad no eran tantos papeles solo el desorden que aparentaban- volvió a sentarse esta vez en el suelo recargando su espalda en la cama, yo le imité en silencio, puesto que no tenía nada que decir, era muy difícil hablar con un chico que apenas conoces y cuando no estamos discutiendo solo nos besamos.

-¿ellos son tus hermanos?- señaló el cuadro en la pared que contenía una fotografía de hace mucho tiempo, estábamos James mi hermano mayor, Steve el más pequeño y yo la de en medio, soy como el jamón del sándwich, o así lo define James , él está aquí en los ángeles, diseña autos y aviones para una compañía japonesa, mientras Steve aún estaba en el bachillerato en el lugar donde nacimos junto a nuestro padres.

"La mejor historia de amor"  ( Sebastián stan y tu) (ADAPTADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora