5: La Lluvia lo cambia todo

36 2 1
  • Dedicado a Ashley Castillo Acosta
                                    

5

La Lluvia lo cambia todo

Diferente, soy Diferente, era algo que realmente no podía dejar de rondar por mi cabeza, no solo el hecho de lo extraño que fue para mí compartir un momento así con Di Salvo, sino el hecho de haber estado tan cerca de él y no haber querido asesinarlo, e imaginar  mil maneras de morir en el intento al contrario, fue algo……..agradable, o eso quería repetirme, pero a la vez me negaba rotundamente a pensar que el verdadero Di Salvo era así, tanto mi subconsciente y yo pensábamos lo mismo, que me despertaría en la mañana y me daría cuenta de un momento a otro que solo fue un momento de debilidad, y el volvería a ser la misma persona arrogante y fría que solía ser y dejaríamos esto atrás, pero un parte de mí, una pequeña parte de mí, aún se aferraba a esa idea y realmente no quería que volviera, no quería volver a ver a él arrogante y  narcisista con el que solía convivir.

Pero la noche paso, rápido por primera vez en mucho tiempo, y la mañana iba avanzando como si nada hubiera sucedido, Emma me saludo de camino a clase de Salud, Ariana hizo lo mismo cuando nos cruzamos en el pasillo y todos estaban como la mayoría del tiempo, pero por alguna razón no podía pensar en que todo fue una simple ilusión.

— ¿Jess, me estas escuchando? —dijo una voz que llego casi por detrás de mí y me dio un pequeño susto y cuando finalmente me recobre me di cuenta que era Madison con una sonrisa y a la vez preocupación en su rostro.

—Madison.. Yo lo siento, tengo muchas cosas en la mente, no oí ni siquiera cuando me llamaste —dije mientras intentaba concentrarme en ella y dejar de lado es nube de pensamientos.

—Sí, me he dado cuenta, pero quería saber cómo estabas, ayer vi que te fuiste temprano de la fiesta, y no lucias bien —dijo mientras me miraba aún más preocupada como intentando buscar respuestas.

—Si bueno en realidad, no me sentía muy bien, así que me fui a mi dormitorio, pero ya estoy bien —dije intentando fingir una sonrisa para que no se preocupara o me hiciera alguna pregunta innecesaria.

Y así como Madison simplemente asintió y se fue, hice lo mismo con Ariana, no tenía mucha intención de decirle a los demás con quien había pasado la mitad de la noche, y claro está sin mencionar el incidente que tuve que marcharme luego de escuchar esas palabras que me hicieron estremecer no solo porque yo lo quisiera sino porque un chico de cuarto nos había interrumpido, con la excusa de que estaba buscando el  baño y se había confundido de puerta, pero en realidad lo tome como una salida y decidí que era momento de irme.

Pase el resto de la tarde intentando reprocharme a mí misma por preocuparme de algo que a fin de cuentas  no tenía sentido y debía estar pensando en hablar con Emma y pedirle una explicación, claro no es como si después de todo ella tuviera que dármela, pero Emma en una fiesta, con tacones y un chico no era del tipo de cosas que podían pasarse por alto si saben a lo que me refiero, en una infinidad de veces puedo recordar cómo se quejaba y farfullaba para sus adentros que ella jamás usaría esos zapatos de Satanás, cosa que solo  me hizo reír a carcajadas aún más, cuando una semana más tarde su madre le compro unos. Pero antes de que si quiera pudiera pasar otro recuerdo ya me encontraba a las afueras de su dormitorio tocando la puerta.

—Miren a quien trajo el perro —dijo una voz sarcástica que yacía detrás de mi

—Miranda —dije casi como si escupiera la palabra entre mis dientes porque tampoco es como si quisiera entablar una conversación con ella ahora mismo.

—Supongo que buscas a tu amiga, la rubia ¿No?, ¿Cómo es que se llama? —dijo con cierto cinismo en su voz

Yo solo tome un respiro.

Aflicciones y Delirios ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora