7: Celos

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Celos

Intentaba concentrarme en otra cosa que no fuera ver el reloj o simplemente el hecho de estar encerrada entre cuatro paredes, pero era exasperante mientras más detallaba el cuarto solo me sentía aprisionada en la habitación de Di Salvo, y no solo eso sino aun peor el hecho de estar usando su ropa, la sudadera era realmente cómoda tenía que admitirlo pero la idea de que él se hubiera ofrecido para cuidarme y toda esta cháchara me resultaba extraña, de un momento podía sentir como la fiebre jugaba con mis sentidos y me hacía llegar hasta los extremos del cansancio, mi mente daba vueltas y lo único que podía pensar era en no quedarme dormida, mis parpados pesaban pero pedían auxilio, era realmente quedarse despierta un atisbo de mi propia voluntad, pero de un segundo a otro no pude evitarlo y sucumbí mis parpados se fueran cerrando lentamente mientras fijaba mi vista en la puerta que se iba viniendo abajo con todo mi mundo.

Cuando logre despertarme entre un esfuerzo lo vi, sentado a una distancia corta en una silla de madera, mientras leía algo que no logre divisar, podía sentir el peso del aire, y la manera en como mi piel pedía a gritos que cesara la fiebre, pero ya no lograba distinguir si esto era un sueño o no, intente con todas mis fuerzas levantarme pero solo lograba que mi espalda se sintiera peor y todo me diera vueltas, hasta que el finalmente volteo y logro verme, podría decir que esbozo una media sonrisa quizás hasta se mofaba de lo torpe  de cómo me veía pero simplemente se acercó, acaricio mi cabello y justo cuando estaba a una distancia próxima para susurrar dijo

—Descansa, Jessica —pronuncio de una manera que hizo que todo fuera más sencillo, y como si pudiera deslizarme al sueño, su tono era tranquilo y bajo pero a la vez audible, mientras ese eco en la última palabra de mi nombre hacia que todo fuera más difícil de procesar, nadie me llamaba así, al menos ya no.

Sonidos, golpes, palabras, oraciones eran apenas una pizca de lo que percibía mientras volvía a recobrar el sentido, mis extremidades se volvían a sentir y cada musculo de mi cuerpo me pedía que lo moviera para saber que aún seguía ahí, cuando logre abrir los ojos, su mirada fue lo primero con lo que me tope, esos ojos castaños que realmente me hacían perder el sentido, se asomaban hasta que divise su sonrisa y luego logre una imagen completa de su cara.

—Pensé que en cualquier momento morirías —dijo mientras me guiñaba el ojo y se sentaba al lado de la cama.

—  Siempre dices lo que un chica quiere escuchar ¿no es así? —dije mientras hacia un esfuerzo por que el sarcasmo se notara.

— Veo que tu sentido del humor está intacto eso es una buena señal —dijo mientras me miraba aun mas expectante como si pidiera algo de mí.

—¿Por cuánto tiempo he estado dormida? —pregunte algo cansada mientras sentía que debía estar recostada por más tiempo.

— Seis horas quizás más —dijo mientras pasaba una mano por su enmarañado cabello castaño.

— ¿Seis horas?, Creo que ya viene siendo hora de que me dé una ducha —dije mientras me sentaba en la cama.

— Jessica, necesitas descansar, ¿ Por qué no duermes un rato y yo.. —pero antes de que pudiera completar la frase lo interrumpí.

— ¿Cómo me dijiste? —pregunte mientras me sentía frágil a la espera de su respuesta.

— Solo dije que por que no descansabas un rato —Mencionaba con algo desconcierto mientras yo volteaba a mirarlo fijamente.

 —No, antes de eso —dije mencionándolo más segura ya que estaba algo extrañada de que lo mencionara

Aflicciones y Delirios ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora