Capítulo III

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|Ashton|

 

Corría tan rápido como mis piernas me lo permitían, no entiendo porque las cosas tienen que ser así, es decir, si yo lo presione para que me dijera que había pasado con mis padres, pero hubiera preferido nunca saber la verdad, sé que no soy normal, pero ellos dieron su vida para salvarme, para que lo que soy nunca afectará mi corazón.

 

Cada vez que recuerdo lo que hice mis ojos se hacen agua, no sé quién se cree para venir y recriminarme mi peor error, yo lo mate, pero no sabía lo que hacía.

 

Escuche el rugido de un oso, pude percibir un aroma dulce, a flores, el perfume de alguien, acelere la marcha, cuando me acerqué, puedo jurar que mi ira se acumulo contra aquel oso que la quería atacar, cambie de forma y me le tire encima. Me encargue de alejarlo, ella estaba tan asustada, la veía temblar, me acerque lentamente a ella, sus piernas tambalearon, sus ojos me miraron fijamente, me sentí tan vulnerable, estaba asustado, pero ella también lo estaba, era un ángel.

 

Era el ángel que había visto aquella madrugada.

 

Di un paso atrás cuando vi que sus piernas se doblaban y caía desmayada, el gato que tenía en brazos me tiro un arañazo a lo que solo gruñí y se quedó callado, gato tonto. Volví poco a poco a mi forma humana y me inque a verla, era tan frágil, sus mejillas estaban húmedas, limpie las lágrimas que aún estaban ahí y la tomé en brazos y miré a su gato.

 

Camine con ella en brazos hasta la casa de Owen, mi jefe. La puerta estaba abierta así que entré, lo llame un par de veces pero no se encontraba, subí las escaleras lentamente, y entre por una puerta, al parecer acerté, era una habitación obviamente de una chica, tenía aún las maletas casi intactas, la recoste sobre la cama y la cubrí con las mantas, hacía frío, raro, ya que es verano.

 

Pensaba irme y dejarla a salvo, a ella y su odioso gato, pero algo me detuvo, sentí como se me encogía el corazón con la idea de dejarla sola, indefensa. Así que me senté en una silla y me quede observandola, era muy bonita. Su tez era blanca, su cabello era pelirrojo, era muy lindo, sus ojos grises eran hermosos, era preciosa.

 

Me crucé de brazos y pensaba, en todo lo que me había descubierto con Michael, él estaba tan impresionado como yo, sentía como mis parpados comenzaban a cerrarse, hasta que se cerraron por completo.

 

|Emma|

 

Me duele la cabeza, muy fuerte, no sé qué demonios pasó. Abrí los ojos y  me senté en la cama, sentí como un repentino mareo me invadio, mi vista se nublo con manchas de colores, y cuando por fin de estabilice puse mi cabeza entre mis manos tratando de recordar lo que me paso, y me llegaron imágenes borrosas, veía al oso acorralarme y luego todo lo que sucedió con el gran lobo. Recorde a mi pequeña Kitty, y comencé a buscarla por toda la habitación desesperada

 

Cuando volteé a mi izquierda me quede confundida, en la silla de mi escritorio estaba un chico de cabellos miel, dormido con los brazos cruzados en el pecho, su respiración era tranquila. Salí de la cama  y me acerque un poco a él, me quedé viendo su rostro, y me quede helada. No había sido una broma de mi mente.

Esclavo de la Luna |Ashton Irwin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora