de puta madre

25 0 0
                                    

-¿Quieres pasar un buen ratico?

Miré a los lados para comprobar que no me lo decía a mi.

-Si, tú-me señaló.

-Ehmm, ehmmm... no sé...

-Venga, animate.

-Va...vale-cedí.

Parecía asustada pero no lo estaba, tenía muchas ganas de placer.

Me acerqué y cuidadosamente la azafata, de unos 20 años, me bajó la falda, y seguidamente, las bragas.

Se puso a hacer el pino.

-Vamos, ponte encima y restriega tu chocho contra el mío-decía con la cara toda roja debido a que al estar del revés le iba toda la sangre a la cabeza.

Lo hice, de repente me vi haciendo la tijereta con una azafata cuando yo solo pretendía encontrar mi asiento después de volver de mear.

Un timbre sonó y las azafatas, todas alteradas, se levantaron, se pusieron la ropa y se colocaron el pelo.

-¿Qué pasa?

-Que se acabó nuestro descanso, ahora nosotras trabajamos y ellas, las más mayoree, descansan ahora, pero oye, no le digas nada de lo que hacemos, ¡eh! Ellas en el descanso no se divierten, solo ven revistas y cotillean.

Si claro, solo cotillean, claro, ¡entre los chochos de las otras, no te jode!-pensé.

-Ya, a las personas mayores ya no les va eso-opté por decir.

-Bueno (¿...?)

-Carol.

-Bueno, Carol, me tengo que ir. Ah, y siento que hayas tenido que hacer lo que has echo, ja ja ja ja, es que hoy a mi compañera le dieron el día libre porque tenía que ir a parir. Bueno, hasta luego-dijo a la vez que se alejaba y lanzándome un beso-!

Entraron en avalancha las azafatas más mayores, y pude observar a una con una caja llena de unos 20 vibradores de colorines.

Incrédulas-pensé.

Me fui de nuevo en busca de mi asiento, y de nuevo vi otra cortina.

La última vez que abrí una cortina me encontré a azafatas viciosas, mejor no entro.

No sé por qué pero entré.

Estaban el piloto y el copiloto.

-¿Ya traes los putos cafés-preguntó sin mirar atrás-?

-¿¡Perdona!? ¡Hijo de puta! ¡A mi me hablas bien!

-Hostia, perdona, creí que eras nuestra chacha-decía de nuevo sin mirar atrás.

-¿Puedes mirarme mientras hablamos? Graciaaas.

-Oye niña, ¿quién eres tú par...-miró hacia mi-¡Ay! ¡La madre que te parió! Oye... te voy a ser directo. Nuestras mujeres al estar tanto tiempo fuera, a mi compañero y a mi no nos dan en placer suficiente.

-Ya...oye...yo solo quería encontrar mi asiento, así que chao.

Me agarró de la mano antes de que pudiese irme.

-¡Espera!

De repente sacó un fajo de billetes y me miró con cara sensualixxxa.

Asentí sin pensarlo dos veces.

Me empotró contra la pared, me bajó la falda y seguidamente las bragas.

Se bajaron cada uno sus pantalones y sus calzoncillos.

El piloto me folló duramente mientras el copiloto ponía el piloto automático.

Me follo el piloto y el copiloto y viceversa.

Señores pasajeros abrochense los cinturones, quedan 10 minutos para el aterrizaje.

-Oh, no. Bueno, nena, gracias por los trabajillos y aquí tienes-sacó el fajo de billetes-adiós y muchas gracias, repito, je je.

No me lo podía creer. No me gustaba nada ir en avión y el viaje se me había pasado rapidisimo, y por encima me llevaba un buen lote de dinero en la manga solo por tirarme al piloto y al copiloto. De puta madre.

the changes of the lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora