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Peleas.

La vemos todo el tiempo, las escuchamos, incluso participamos en ellas. Las personas no se ponen a pensar en lo que realmente significa, en lo que causan. Una persona promedio pelea por lo menos dos veces al día, por cualquier cosa en realidad. Sí, se puede pelear por todo.
Pelear por cosas tan insignificantes como el lugar que ocupamos en un auto al viajar, por quién tiene el mejor promedio en la escuela, se pelea por ideales. De ahí vienen las guerras, los problemas. Y todos hemos tenido o tendremos por lo menos una pelea en nuestras vidas, algunas más fuertes que otras, algunas más destructivas.

Y eso es lo que no ven, la destrucción. O sí lo ven, pero no lo toman en cuenta. Y ahí está, pero no existe para nadie.

Tal vez por eso es más difícil de arreglar lo destruido. No nos detenemos a pensar en qué fue lo que pasó, vemos los daños, si son graves o no... Hay una expresión para aquello; –control de daños– Intentamos controlar la destrucción, sin saber, sin darnos cuenta de que debemos prestar atención a lo que dijimos, a lo que hicimos, al causante.
Para hacerlo tenemos que volver atrás, escuchar lo que en ese momento dijimos sin pensar, y luego, cuando lo averiguamos, pensamos el por qué. –¿Por qué dijiste todo eso? ¿Por qué empezaste a gritar desde el principio? ¿Qué era lo que querías lograr mientras peleabas? – Y luego hacerte la pregunta más importante.
¿De verdad querías pelear por eso?

La mayoría de las veces la respuesta a esta pregunta es; no, por supuesto que no, actuaste sin pensar, por puro impulso. Pero entonces deja de importar, porque el daño ya está ahí.

― ¡Ya basta de esto! ―gritó Rose, haciendo ademan de irse.

― ¡Ahí esta! ¡Lo estás haciendo de nuevo, Rose! ―reclamó él, furioso. Ella detuvo el paso, alzó una ceja, y miró a Scorpius.

― ¿Y qué es lo que se supone que estoy haciendo?

― ¡Evitarlo! ―gritó, jalándose el pelo con desesperación― Estás evitándolo todo como de costumbre... ¡No quieres hablar conmigo!

― ¡¿Qué es lo que quieres hablar?! —exclamó Rose, histérica.

― ¡Quiero que lo arreglemos Rose! ―ella lo miró, incrédula.

―Ya te dije que no hay nada que arreglar, Scorpius ―Lo apuntó con el dedo índice ― ¡Tú causaste esto! ¡Tú y tus jodidos celos sin sentido!

― ¿Es que acaso no puedes intentar comprender? Te amo Rose, y Lyssander sabe...

― ¡Por Merlín! ―lo interrumpió― Lyssander solamente me estaba felicitando por la victoria de nuestro equipo... ―se acercó un poco más, Scorpius rodó los ojos― No tenías porque pelearte con él, menos golpearlo.

―Por favor, Rose... ―bufo― Cualquiera con dos dedos de frente podría notar que te estaba coqueteando, todo el mundo lo vio, incluso tú te veían incomoda. Y si lo golpee fue porque él empezó, estuviste ahí. ―Rose se cruzó de brazos y cerró los labios en una línea.

― ¡Bueno! ¿Y eso qué? ―dijo finalmente, lo miró con ojos llorosos― ¿No confías en mí? ―su voz se quebró― En el caso de que me hubiera besado, ¿crees qué yo lo hubiera besado de vuelta? ―Scorpius odiaba verla de ese modo, pero la furia no se iba, estaba más que molesto en ese instante.

―Claro que confió en ti, merlín. ―se acercó a ella, y sin medir su fuerza, la tomó de las muñecas, haciendo que Rose se quejara por la presión ―Pero tú eres mía, mi novia, la que yo amo... Y odio que intenten pasarse de listos contigo.

Eso tomó a Rose por sorpresa, y Scorpius sin querer lo había sacado de contexto. No pretendía que sonar así de dominante, jamás había pensado en ella como un objeto al cual poseer. Pero en aquel momento habló sin pensar, sin creer sus palabras en realidad. Además, la oscuridad en sus ojos no ayudó mucho la situación.

Rose apretó los labios, sus ojos lagrimearon y se sintió realmente ofendida de que un chico, en especial Scorpius, la denigrara así, reclamándola como un objeto y de una forma tan tosca.

Así que, como pudo, y sacando la fuerza de quién sabe dónde, se soltó y le dio un empujón.
Rose jadeó, mirándolo a él y sintiéndose muy abrumada de un momento a otro.

―Yo no soy de tu propiedad Scorpius... ―Su tono era frío y cortante, Scorpius quiso decirle algo, pero las palabras no le salieron, Rose se mordió el labios― No quiero verte ahora. ―concluyó, luego caminó hasta la puerta de aquella aula del colegio lista para salir, pero antes se detuvo un momento― Se terminó, Scorpius. ―logró decir, con una pequeña lágrima bajando por su mejilla. Y después, así sin más, salió, dejado a Scorpius congelado en su sitio.

Y cuando él se dio cuenta de lo que acababa de pasar, de lo que él acababa de provocar. Cuando se dio cuenta de la pelea, de los daños, sólo hasta que hizo el control de daños, reaccionó.

Entonces lanzó con todas sus fuerzas una de las sillas de aquella habitación. 

...





[NOTA DE LA AUTORA 2021 ]

Okay, probablemente no se dieron cuenta que la historia se fue a borradores porque solo me tomó una semana editarlo jajajaj.

Quiero que sepan que toda la historia fue editada, ya que en la primera versión era simplemente una burla.  Me sentí avergonzada por haber escrito de esa forma. Literalmente había una tilde en cada palabra y no tengo ninguna explicación para eso más que mi disléxia en el 2018 was soo fuckin bad. Omg.

Actualmente todas las palabras están corregidas e incluso cambié algunas cosas que no me parecieron correctas.

Voy a publicar toda la historia hoy pero el epílogo aún está en platicas (con mi beta) ya que lo quiero cambiar.

Si son nuevos lectores:

Bienvenidos, espero les guste mi trabajo. Siganme para más Scorose.

Si son viejos y están releyendo:

¡Hola Patata! Gracias por leerme de nuevo, te prometo que ahora vale mucho la pena leerla.

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