tres

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―Entonces el hipogrifo salió de la nada y se comió a Albus...

―Genial ―murmuró Lily, Alice rodó los ojos y bufó con exasperación.

― ¡No me estás escuchando, Luna! ―gritó su amiga rubia. Alice llevaba como media hora hablando con ella y no era capaz de ponerle la más mínima atención.

Lily parpadeó un par de veces, incorporándose en la mullida cama.

―Lo siento Ali. Es solo que mi cabeza está en...

―Otro lado ―completó la hija de Neville― Ya lo sé, llevas así más de una semana, ¿sigues mortificada por lo del idiota de Scorpius Malfoy? ―Alice era la única que sabía lo que había pasado con ella y el Slytherin esa noche. Lily suspiró.

―Sí... Es sólo que no me lo puedo sacar de la cabeza.

Alice frunció la boca, mirándola de soslayo― Y yo no puedo ayudarte si no me dices toda la verdad Lilu.

Lily se pasó una mano por el cabello. No había querido contarle todo a Ali porque se moría de la vergüenza, ni siquiera quería decirlo en voz alta. Pero estaba desesperada, necesitaba hablarlo con alguien o explotaría.

Miró a su mejor amiga, tomó aire y se armó de valor.

―Bien. Te lo contaré. Solo, no me odies luego.

Alice se sentó junto a ella y la tomó de la mano, la pelirroja soltó el aire.

Para ser viernes estaba bastante callado, el aíre era frío a pesar de que estaban en pleno abril. Apretó más los puños de su suéter entre sus manos y apresuró el paso, quería llegar a su habitación para dormir un poco. Había pasado toda la tarde en la biblioteca estudiando para su examen de transformaciones, ni siquiera había asistido al partido de Ravenclaw contra Gryffindor, además tenía hambre y la espalda la estaba matando.

Escuchó un quejido, giró rápidamente la cabeza para ver de dónde provenía, pero no había nada, caminó fuera del jardín y entró al pasillo, estaba oscuro, debería tener cuidado o Filtch podría aparecer.
De nuevo oyó aquel quejido, esta vez se escuchó como un sollozo, cada vez más cerca. Volteó a su derecha, y a pesar de la oscuridad, pudo ver una cabellera platinada y enseguida lo reconoció. Scorpius estaba recargado en una de las columnas de aquel pasillo.

El corazón de Lily dio un vuelco, como cada vez que lo veía. Caminó hasta él y le tocó el hombro, enseguida el muchacho levanto la cabeza y clavó sus ojos grises en los marrones de Lily, esta se estremeció por tenerlo tan cerca.

―Rose, lo siento... ―balbuceó el muchacho, Lily frunció el ceño, confundida, pero luego el olor a alcohol inundó sus fosas nasales, así comprendió todo. Scorpius estaba muy borracho.

―Scorp, no soy Rose..., soy Lily, yo... ―Fue interrumpida por el tosco abrazo de Scorpius.

―Lo siento tanto Rosie, por favor... Yo fui un idiota, te amo, de veras lo siento mucho...

De verdad se encontraba muy mal. Lily supuso que era por lo de su pelea con Scamander, medio Hogwarts había visto a Scorpius partirle la cara a Lyssander.

La pelirroja torpemente deshizo el abrazo y le sonrió a Malfoy.

―Está bien Scorp... Te llevaré a tu sala común antes de que alguien te vea así. ―tomó al Slytherin de la mano y se lo llevó hasta el cuarto piso. Scorpius estaba laxo al lado de la pequeña chica, quien batallaba para arrastrarlo. Lily se maldijo por no traer su varita, así al menos podría flotarlo hasta llegar a las mazmorras.

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