Succubus (SuJin)

Parte Uno.

Súcubo proviene del latín succŭbus, que a su vez es de succubare y significa «reposar debajo».

Los súcubos son entidades demoníacas que seducen a los hombres con el fin de obtener placer sexual y absorber energía de sus víctimas.

Existe la creencia de que el súcubo es un demonio con cuerpo de mujer, por lo que siempre se asocia a ese género, ya que generalmente adopta la figura femenina para lograr su cometido.

Sin embargo esto también depende de las preferencias sexuales de la víctima.

Modifiqué un poco la esencia de un súcubo para la historia. Espero les guste ♡.

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— Lo siento señor Min. Pero en este momento no estamos interesados en incursionar otro artista a nuestra galería. La exposición está completa. — Dijo la directora de ese pequeño sitio.

Yoongi sintió su interior desquebrajarse al escuchar las palabras de aquella mujer. Esa había sido su última opción y la había perdido.

Asintió un par de veces bajo la atenta mirada de la directora y no dijo más.

Aferró a su pecho las pequeñas pinturas y giró sobre sus talones sin reflejar ninguna emoción, dispuesto a marcharse de ese lugar.

Y aunque probablemente moriría de hambre pronto nunca se iba a rebajar a mostrar la debilidad que carcomía su ser, su orgullo y dignidad era lo único que le quedaba, aunque se estuviera muriendo por dentro permanecería de pie hasta el final.

— Señor Min, podría dejarnos sus datos y en la próxima exposición tal vez...

— No. — Interrumpió y le dirigió una sonrisa burlona a la directora — Acabo de comprobar que mi trabajo no va con esta galería. Así que si me disculpa, tengo cosas más importantes que hacer. — Soltó de forma firme mirando con asco el lugar.

La mujer boqueó ofendida pero Yoongi se marchó de ese lugar a paso firme y sin mirar atrás. Importandole poco sus modales, necesitaba salir de esa humillante situación.

Caminó por las solitarias calles de Seúl. Sintiendo sus pocas esperanzas pudrirse en el interior de su cuerpo. Tragó con fuerza tratando de disipar el doloroso nudo en garganta y maldijo el día que salió de su lugar natal en busca de sus sueños.

Había confiado en su talento, creyendo estúpidamente que todos apreciarían su trabajo. El primer año había logrado vender algunas de pinturas a un empresario que pagó muy bien por ellas.

Sin embargo el tiempo pasó y sus pinturas fueron más difíciles de vender. Había tocado una a una todas las puertas de galerías y exposiciones que pudieran brindarle la oportunidad de mostrar su trabajo, pero ninguna le tomó en serio.

Esa última galería era la más pequeña e insignificante de la ciudad. Y también lo habían mandado al infierno de la manera más educada que la directora puedo encontrar.

Había sido grosero con ella cuando sólo le rechazó por ser un pésimo pintor. Pero estaba harto de todos.

Debía pagar los últimos dos meses del alquiler de la oscura cueva que su casera le había rentado como "acogedor departamento". Que consistía únicamente en una diminuta habitación. Un diminuto baño. Y una diminuta sala que se las había ingeniado para adaptarlo en su espacio de trabajo.

Los árboles se mecían al compás del frío viento que rasgaba el ambiente a cada soplido, sintiendo su cara cortarse a cada gélida caricia de la noche. Una torrencial lluvia se acercaba a pasos apresurados y estaba seguro que lloraría por horas sobre toda la ciudad.