Parte Cuatro. Final.

6K 709 206
                                    

 
Un sonido parecido a un gruñido brotó de los carnosos labios de Jin, paralizando por completo al contrario al verle trepar de la forma más tentadora y peligrosa por su pecho. Y sentándose sobre su pelvis le vio pasar la punta de su húmeda lengua por la carnosidad de sus propios belfos anticipando lo que estaba por hacer.

Siguiendo el provocador movimiento con sus ojos Min se molestó al no poder sentirle como quería. No ver su cuerpo como deseaba. Desnudo y decorado con brillantes marcas de sus labios.

El flujo sanguíneo concentrado en su miembro apretado por los esponjosos glúteos de Jin le hacía sentir desesperado. Ansioso por liberar su febril y necesidad en su pecaminoso cuerpo.

Porque sólo enloquecía su razón. Sus sentidos torpes reaccionaban a cada dulce y ardiente caricia de su parte. Era como quemarse bajo los delicados dedos de su amante.

Sus esponjosos belfos de pronto le estaban devorando duramente las clavículas, sentía los dientes raspar de la forma más enloquecedora la sensible piel de su pecho y no podía hacer más que jadear bajo y ronco al aire.

Porque no quería verse como una bestia necesitada y sin control, no quería demostrar la desesperación creciente en cada célula al tenerle inclinado sobre sus torso besándole y devorandole con fervor.

Aún cuando el calor sofocante en su miembro le suplicara por liberación o sus manos picaran por querer sujetar la apretada cintura de él mientras arremetiera duramente contra su cuerpo.

Su mente daba vueltas en la más salvaje pasión que sólo Jin había sido capaz de despertar en él. Y cuando una poderosa mordida reventó la piel cerca de su hombro no pudo evitar soltar un grueso jadeo al sentir su carne abrirse en la boca de SeokJin.

El ardor punzando en los bordes de la herida le hizo tragar grueso y tomar duramente las caderas del contrario. Aferrando el delgado cuerpo sintió el calor quemar su piel al estar al rojo vivo por los dientes de Jin.

Abrió los ojos y se encontró a su amante mirándole de la forma más inocente y pura posible. Relamiendo sus labios con pupilas dilatadas en sus enormes y brillantes orbes, un puchero esculpido en el grosor de sus hinchados labios, mirándolo tímidamente como si temiera ser reprendido por haber osado realizar tan arrebatado acto.

Prendiendo así la hoguera de lujuria en el vientre de Min, excitandole en demasía verle tan vulnerable con ojos cristalizados, aún cuando supiera que todo era una maldita arma para enloquecerle aún más.

— P-perdón... — Susurró SeokJin débilmente, bajando la mirada y encogiendo sus hombros tímido al decir aquello.

— Estoy sangrando... — Soltó Yoongi de forma ronca sintiendo el espeso líquido brotar en pequeños hilos de su magullada carne.

Sintiendo su miembro palpitar en un tortuoso deseo al seguir el juego de SeokJin. Amando la dolorosa y caliente sensación de la herida sobre él.

Su carne ardía casi de la misma forma que su necesitado falo. Cada pequeño movimiento que el contrario realizaba creaba la más exquisita y dolorosa fricción de su masculinidad aplastada cruel y deliciosamente por los carnosos glúteos de SeokJin, separados únicamente por la delgada tela que escondía la piel de su cadera.

Y sentía que el tiempo se acababa, su paciencia estaba tocando peligrosamente los bordes de la locura, como una bomba a punto de estallar y destruir todo a su paso.

Temía dejar salir el lado bestial que no sabía que escondía hasta que SeokJin le tentó.

— Puedo curarlo señor Min... — Prometió él inocentemente.

Succubus (SuJin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora