No importaba que fecha fuera. Un oso de un metro ochenta de altura en un subterráneo llamaba demasiado la atención, aún para una ciudad que tenía un vaquero desnudo con una guitarra era normal en Times Square.
Felix podía escuchar las burlas hechas por otros pasajeros en dirección a él, mientras intentaba valientemente tomar uno de los pasamanos en el centro del vagón con una mano enorme.
Sudaba adentro del disfraz, aun cuando afuera hacía mucho frío. Lo único positivo acerca de este traje era que si alguien con un cuchillo intentaba hacerle daño en un transporte público, tendría que atravesar muchas capas antes de tocar algo de piel.
Se bajó en la estación de la calle 86, atravesó Broadway para llegar a la calle 84 y se maravilló de lo rico que tenía que ser alguien para poder vivir en Manhattan. ¿Acaso el cliente estaba cortando estúpidamente a su proveedor? Si así era, parecía que ni siquiera la promesa de dinero podía comprarlo todo.
Hombre, pero este trabajo lo convertía en un cínico.
Se sentía agradecido de que el edificio tuviera un elevador, el subir las escaleras con un par de pesadas patas de oso hubiera sido traumatizante. Tuvo que compartir el ascensor con otro hombre, que no hacía ni el más mínimo esfuerzo de mirar a otro lado.
Felix se preguntaba si el tipo era un peludo. Luego, Felix se preguntó si el hombre pensaba que él era un peludo.
—Asqueroso, —se dijo a sí mismo, el sonido fue amortiguado por el traje por lo que no pudo salir al mundo exterior.
—Entonces, —dijo el hombre finalmente—, ¿Estás libre esta noche?
Felix prácticamente tuvo que gritar para que el hombre pudiera escucharlo. —Ricitos de oro me está esperando en la cama en este momento.
—¡Rayos, eres un tipo! —tartamudeó el otro hombre.
—¿El traje de oso no era demasiado obvio?
—Es solo que… por lo general son chicas en disfraces.
—Te sorprendería. —Felix se encogió de hombros, aunque la acción fue casi imperceptible por el exceso de material cubriendo sus hombros. —Es un trabajo unisex.
El hombre se bajó en el cuarto piso y no volvió a mirar atrás.
Felix tuvo la oportunidad de viajar los últimos tres niveles en paz.
Cuando las puertas se abrieron una vez más, caminó hacia el apartamento 704, donde su desafortunada victima esperaba. Tocó a la puerta y esperó a que Seo Changbin no estuviera en casa.
No tenía tan buena suerte. Pudo escuchar como alguien abría la mirilla de la puerta y luego cuando alguien preguntó: —¿Sí?
Felix se sorprendió al escuchar que la voz no era para nada titubeante, especialmente porque el dueño estaba viendo a un oso de 1,70. —¿Seo Chengbin?
—Changbin, —lo corrigió la voz—. ¿Y tú?
Felix casi rió, pero probablemente eso sería algo inapropiado. —Telegrama. —Se preguntó qué hubiese pasado si hubiera contestado algo como Winnie the Pooh o Paddington.
La puerta se abrió y el hombre en cuestión emergió. Era algo, con el cabello algo desaliñado, como si acabase de salir de la cama.
Su camiseta estaba bastante vieja y vestía un par de pantalones deportivos que habían visto mejores días. Sus pies descalzos eran pálidos.No era exactamente lo que uno se imaginaría de un “viejo adinerado”. —Técnicamente, los telegramas ya no existen gracias al correo electrónico.
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DON'T SHOOT THE MESSENGER ꒰ CHANGLIX ꒱
Fanfic﹋﹋ ꒰ 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐋𝐈𝐗 ༄ ‧₊˚ ❛ 𝑑𝑜𝑛'𝑡 𝑠𝘩𝑜𝑜𝑡 𝑡𝘩𝑒 𝑚𝑒𝑠𝑠𝑒𝑛𝑔𝑒𝑟 ❜ ➹; felix tiene que trabajar otro año más en el famoso día de san valentin entregando los absurdos mensajes de los clientes, ¿o esta vez será diferente? ...