En discusión

38 6 2
                                    

Y he llegado a notar que soy un pozo.
Nunca paro de pensar y de arrojar
cosas adentro.

Cosas que casi nunca salen.

Son como deseos que se arrojan con
una moneda,
esperando a que algún día puedan
cumplirse.

Pero que ilusa.

Jamás dejo de ser ingenua,
es como si no dejará de soñar con lo
mavarilloso de un cuento.
Fantasía que solo existe en mi cabeza,
de hecho.

Pero la realidad se ha encargado de
pasar cuenta,
ahora en ese pozo últimamente solo
se encuentran sentimientos.

Sentimientos que solo quiero que
desaparezcan o recuerdos vacios.

Ahora ese pozo se ha convertido en
un cementerio que en cualquier otra
cosa.
Que de vez en cuando lo visito,
para saber qué es lo que perdí y lo que
tengo actualmente.

Lo que un día fue débil y frágil, y lo
que sigue siendo bueno.
La esperanza ciega que tuve y que
tengo,
los ratos en los que me reí tanto que
lloré,
las noches que lloré tanto y nadie me
escuchó,
la tristeza que tuve, y nadie pudo
notarla.
El consuelo que no recibí y el abrazo
que no pudo cambiar mi estado de
animo.
El silencio que guarde, cuando algo
aquello me partía el alma.
Lo que quise, y lo que amé, y lo que
me decepcionó más de lo que
imaginé.

Son muchas cosas de las que ahora me doy cuenta que hicieron algo
inevitable:
En el pozo lanzó más ilusiones rotas
que deseos.

MetamorfosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora